miércoles, 25 de septiembre de 2013

II MELLO SARIA DE MUSKIZ (22/9/2013)

Después de pasar una noche movidita por culpa esta vez de un mosquito trompetero, a las 5:30 a.m. ha sonado el despertador para levantarme a desayunar y acabar de preparar todo lo que necesito para participar en la 2ª edición de Mello Saria.  He desayunado con consistencia, he preparado la bebida isotónica, me he vestido con la ropa de correr y me he ido en coche hacia Muskiz a eso de las 6:30 a.m., con bastante tiempo para asegurarme un aparcamiento cerca de la Plaza de San Juan, donde está el frontón, y así dejar allí mismo, en la consigna, mi mochila con la ropa de recambio y todo lo necesario para ducharme una vez finalizada la marcha.
Preparando la bebida isotónica.

Desayuno de fundamento con exquisita mermelada de moras.


Esta carrera la organiza la  A.D.C. El Cerro de Llosa y su cabeza más visible es Txus Romón Martínez, reconocido corredor de montaña que tiene en su haber muchos éxitos deportivos y algunos récords en el fascinante mundo del trail runnning.

Cuando estaba llegando al extrarradio de Muskiz, circulando por la carretera que lleva a Somorrostro, he pasado junto a la refinería que está justo antes de llegar al pueblo y como era de noche me ha impresionado muchísimo todas las luces de color blanco super brillante que automáticamente me han trasladado a una ciudad alienígena, jajaja.... Bueno, he de decir que a mí todo el tema O.V.N.I.   me gusta mucho, así que no ha sido difícil imaginar semejante lugar.   ¡¡¡Espectacular!!!  Si no habéis tenido la ocasión de pasar por allí de noche, os lo aconsejo.  Te quedas flipao de tanta lucecita.

Bueno, a lo que iba, ¡¡¡que me enrollo!!!  He llegado al punto de salida a las 7:00 a.m. y una vez aparcado el coche en el aparcamiento que está junto a la zona de salida de la carrera y marcha, me he abrigado bien con una sudadera de las de invierno, pues afuera del coche hacía 13º y yo, al ir vestida con la ropa running, me ha dado miedo coger frío.  Así que he cogido los bastones, y las dos mochilas.  La que llevaba con ropa de recambio y la que iba a llevar conmigo en la marcha de montaña.  Me he dirigido al frontón y allí me he agenciado mi correspondiente dorsal.  El número 768 me correspondía según un email recibido de parte de la organización el día anterior.  Luego me he colocado el dorsal bien recto y centrado para que se viese bien y he estado ajustando las cinchas de la mochila que iba a llevar conmigo para que se ajustase perfectamente a mis hombros y cintura.  

Mientras tanto un hombre que estaba cerca de mí se me ha puesto a darme conversación sobre carreras y marchas de montaña y me contaba que había estado el día anterior en otra marcha en Gernika o algo así.  La cuestión es que hemos estado un buen rato hablando.  Yo mientras tanto estaba buscando con la mirada a mi amigo Txus Romón para saludarlo y decirle que este año no había venido a sacar fotos sino a hacer la marcha.

 A una de éstas, le he visto a Txus entrar al frontón con papeles en la mano y otras cosas y le he dejado al hombre con el que estaba hablando casi con la palabra en la boca para ir a saludarlo.

Cuando me ha visto que iba hacia él, me ha sonreído y me ha dado un abrazo y dos besos y me ha dicho que hoy sí que era el día en el que me iba a devolver un pen-drive que le dejé el año pasado con las fotos que hice de la 1ª edición de la Mello Saria.  Y yo muerta de risa, le he dicho que lo de la llave usb ya lo tenía olvidado, que se dejase de tonterías, jajaja .... Pero él ha insistido en que sí, que lo tenía y que me lo quería devolver.  
Aquí estoy con el gran Txus Romón.
Total que hemos estado charlando un breve momento porque Txus tenía que estar pendiente de un montón de detalles en la organización de la carrera así que antes de que se me escapara le he dicho que no podía ser que yo tuviese un blog y que no apareciese una foto mía con él.  Con la admiración que le tengo.  Así que no se ha podido negar, jajaja...  Luego le he dejado marcharse a lo suyo y mientras tanto he empezado a calentar y estirar un poco las piernas para no quedarme fría.

Los minutos iban pasando y la hora del inicio de la marcha se estaba acercando inexorablemente.  ¡¡Por cierto, no he comentado que esta es mi undécima participación en una prueba de montaña!!  En este caso una marcha, pero que seguro que le voy a sacar chispas en cuanto tenga la más mínima oportunidad.


Faltan 10 minutos para las 8:00 a.m., hora de salida de la marcha de montaña y nos indican por megafonia que nos vayamos colocando bajo el arco de salida-meta situado en el exterior y hacia allí me dirijo.  Me voy acercando y en vez de irme a la parte trasera del tumulto de gente allí congregada, me coloco en la parte delantera en plan "élite", jajaja.... Más que nada por si sacaban fotos, que me pillasen en alguna de ellas.  Total era una marcha y no una carrera y no creía que saliesen los participantes todos "tronados" y me atropellasen, jajaja...


Nos dan las últimas recomendaciones y avisos sobre un paso con dificultad por la pendiente y unas vallas que pueden entrañar peligro nada más comenzar a subir la primera campa y por fin dan el bocinazo de salida.  

Empezamos todos a andar muy rápido pero sin llegar a correr, jajaja.... No vaya a ser que nos den el alto por ir corriendo y nos descalifiquen.  Pasamos el parque que está junto al frontón y cruzamos una carretera que nos enfila hacia una pista de hormigón que está flanqueada por casitas antigüas y algunas casas de más moderna construcción con paso firme y ligero.  Una señora en camisón se asomó por una ventana y nos aplaudía a todos los que por allí pasábamos y la verdad es que ese detalle es de agradecer, aunque yo veía que con la temperatura tan fresquita que hacía a esas horas, la señora se iba a agarrar una neumonía allí mismo, jajaja.... Así que cuando llegué a su altura la saludé y le dí las gracias a grito pelado y la recomendé que se pusiera la bata de guatiné antes de que cogiera el resfriado de su vida por estar allí animándonos, jajaja.... La gente se partía de risa, al escuchar lo que le estaba diciendo a la mujer.  ¡¡Qué recuerdos!!

Seguido de esta pista, giramos a la derecha para meternos ya en terreno de montaña y lo primero que nos encontramos fue una pala de campa con verde hierba que estaba bastante resbaladiza por el rocío caído la noche anterior ya que el cielo había quedado despejado totalmente.   Subimos con paso pausado y mirando no resbalar para no tropezar unos con otros y enseguida pasamos unas vallas de cercado para el ganado y transcurrimos por unos senderos estrechos que nos hacían ir casi en fila de a uno, pero que algunos se atrevieron a pasar paralelamente al resto de los marchistas por zonas sin pisar.
Detalle del desnivel a salvar.

Serpenteamos por el terreno señalizado a la perfección y en unos pocos minutos nos encontramos con la primera cima del recorrido.  El Pico Ramos de 229 m. de altitud, que tiene una ikurriña en su cima y un poco más adelante un buzón medio escondido y torcido con forma de un pequeño castillo.  Las primeras luces del sol daban de lleno con todo su esplendor en mis ojos y me deslumbraban de tal manera que ni con las gafas solares veía bien, ¡¡¡Qué potencia de luz, por Dios!!!

Subiendo una de las primeras rampas.



Camino de la primera cima. Pico Ramos 229 m.
¡¡¡Primera cima!!!


A continuación y después de hacer esta primera cima bajamos hacia Pobeña pasando junto a la granja "Basatxerri" y poco antes de cumplir el kilómetro 4, nos encontramos con el primer avituallamiento sólido y líquido.  Allí cogí un puñado de cacahuetes y me bebí un baso de bebida isotónica de color rojo que por cierto estaba riquísima y de paso un fotógrafo de la organización me sacó una foto.
Hidratándome a tope.
                                        



Salgo del avituallamiento más que contenta y sigo las marcas de las cintas que la organización había colocado para continuar con la marcha, no sin antes recibir los ánimos de unos voluntarios que hacían la labor de parar el tráfico para que pudiésemos atravesar una carretera comarcal.  Desde aquí, muchas gracias por esos ánimos, siempre vienen bien.

Volviendo al recorrido, pude disfrutar de empezar a correr por los senderos naturales que estaban rodeados de vegetación abundante y verde.  La temperatura para mí era la ideal, pues aunque con el esfuerzo me suelo acalorar mucho, las sombras de los caminos refrescaban mucho.


¡¡Lo de ponerme a correr ya era una necesidad para mí!!

A la altura del kilómetro 6, llegué al Alto de Kobaron  y cuando cumplía el kilómetro 8 apareció una cima que se hace llamar El Haba de 227 m. de altitud.

Posteriormente, una vez descendida esta última y pequeña cima, pasando junto a unas parras de "Bizkaiko txakolina" llegué al segundo avituallamiento que me sorprendió por la variedad de comida sólida que tenía, cacahuetes, melón, naranjas, plátano, tomates y lo mejor de todo pastelitos de crema cubiertos de chocolate, jajaja...  ¡¡Allí sí que me surtí bien!! Bebí esta vez un vaso de agua y para adelante, que todavía quedaba bastante camino.

Mientras me alejaba de este avituallamiento iba pensando que hasta el momento y a pesar de las primeras rampas, no estaba sufriendo demasiado con la ruta de montaña.  Además iba disfrutando del paisaje en cuanto llegaba a cada cima con visibilidad.  Así que iba muy contenta.
Disfrutando del recorrido y del paisaje magnífico.
Continuando por la senda marcada y tras cruzar una carretera, ya entramos en las inmediaciones de Mello pasando por las Minas de Carrascal cuando se cumplía el kilómetro 12 y sumando un kilómetro más a través del cordal llegué a Peña Toro de 372 m. y posteriormente Posadero de 356 m. de altitud que ambas marcan la limitación entre Bizkaia y Cantabria.
Peña Toro de 372 m.

En Posadero, encontré otro avituallamiento atendido por amables voluntarios que nos animaban para hacer frente a la siguiente cima.  El Mello de 663 m. de altitud.
Muy animada por el recorrido.

Así que con bien de fuerzas y ánimos  afronté la subida a la cima más alta de todo el recorrido y cuando estaba acercándome, me pareció oir sonidos de txalaparta y txistus en mis oídos y creía que estaba alucinando auditivamente hablando, jajajaja.... pero cuanto más cerca estaba de hacer cima, más nítida sonaba esa alegre melodía indicándonos que llegábamos al Mello.


Música celestial al llegar a la cima del Mello.

Cima del Mello.

¡¡Qué alegría cuando llegué y vi aquél recibimiento!!   Se agradece mucho todos los ánimos recibidos por parte de la organización y allí mismo le dejé a un chico la cámara de fotos para que me retratase en el buzón y en el poste geodésico de la emblemática cima.  Luego comí y bebí algo del avituallamiento que estaba allí mismo y tiré para abajo con mucha alegría ya que me imaginaba que a partir de allí sería todo bajada y llanear.


¡¡Qué manera más guapa de disfrutar de la montaña que he descubierto!!
¡¡Ya vamos avanzando por el camino!!
Y sí, bajar, bajé de Mello pero para pasar por el siguiente punto de la ruta que era el monte Llangón de 572 m. tuve que volver a subir un repecho muy entretenido y que ya pasados los 16 km. de ruta, empezaba a pasar factura en forma de pinchazos leves en el glúteo izquierdo. Pero no quise darle mucha importancia porque no me impedía del todo avanzar, así que continué corriendo en todos los tramos donde podía correr a gusto y llegué cuando pasaba el kilómetro 20,4, a la cima de Peña Corbera de 358 m. en la cual, aprovechando que le pedí a un voluntario de la organización que me sacase una foto, paré a descansar un minuto.
Aquí ya las fuerzas empezaban a flaquear un poco, pero estaba feliz de estar
en esta cima y de pensar que me quedaba muy poco para acabar la marcha.
También tuve la suerte de ver pasar a los primeros corredores de la carrera de montaña entre los que estaban mi primo Felipe Larrazabal, Jokin Lizeaga, Javi Olabarria, Imanol Goñi y algunos amigos del facebook, como Javier Lozano, Felicísimos Solanas,  Xabier Gonzalez Arzuaga, Patxi Ros y a todos animé y a alguno incluso le pude sacar alguna foto, jajaja....  ¡¡Qué gozada es verlos pasar a toda pastilla por al lado de una!!  
Jokin Lizeaga pasando como una exhalación en primer puesto.

Javi Olabarria también pasó a mi lado.

¡¡Mi primo Felipe Larrazabal dándolo todo!!
Para finalizar, llegó uno de los momentos más impresionantes del recorrido.  Una especie de cortafuegos o no sé como describirlo.  Era una pendiente con un grado de inclinación superior al 40%, que me hizo frenar de repente y en seco para no despeñarme por allí ya que era una bajada con piedra y tierra muy abrupta.  ¡¡Menos mal que a ambos lados de dicha pendiente habían puesto unas cuerdas gordas a modo de "vía ferrata" para que bajásemos agarrados a ellas.

Aún así, no sabía cómo afrontar aquél tramo tan complicado y opté finalmente por tirar los bastones ladera abajo para poder agarrarme a la cuerda fuertemente y bajar haciendo una especie de rápel por aquél lugar.  La verdad es que mi miedo inicial se convirtió en diversión al verme en aquella situación, jajajaa....  Me parecía surealista lo que estaba haciendo pero cuando acabé de bajar con alguna contusión por el desequilibrio que creaba aquél perfíl, me dije a mí misma: -"¡¡Qué guay, por dónde he bajado!!  y continué corriendo alegremente por los senderos marcados disfrutando mucho de la naturaleza rebosante de vida.
Disfrutando a tope de correr en el monte.

Finalizando ya los últimos kilómetros de esta magnífica prueba deportiva de montaña me crucé con una cuadrilla de amigos que iban a paso ligero, pero que al verme pasarlos corriendo me animaron mucho y un poco más adelante cuando me dispuse a autoretratarme se animaron a correr y al final salimos todos juntos en las fotos, jajajaja....  ¡¡Menudo cachondeo llevaban!!  Echamos muchas risas, porque cada vez que pasaba algún corredor de los que conozco y le animaba por su nombre, me decían que seguro que me inventaba los nombres, que no podía conocer a tanta gente, jajaja.....  ¡¡Y yo muerta de risa!!
Grupeta bien avenida en los últimos kilómetros de la  II Mello Saria.

Y poco antes de llegar a la zona de la Glorieta, donde acaba la carrera, también tuve que bajar por dos terraplenes que eran prácticamente verticales y que tuve que echar el culo al suelo para no irme de morros, jajaja....   Muy divertidos también.
Volviendo a la urbe.



Por fin vuelvo a la civilización y los últimos voluntarios me animaron mucho para que acabase el recorrido.  Así que lo acabé en 4 h. 27 min. según la clasificación y quedé de entre 104 mujeres, la número 11.   Muy contenta con esta nueva experiencia en la II Mello Saria de Muskiz.  El año que viene no descarto apuntarme a la carrera.  Hoy peso 60 kg.












No hay comentarios:

Publicar un comentario