miércoles, 12 de agosto de 2015

Ruta ciclista de Sopela a San Juan de Gaztelugatxe. (12/8/2015)

Después de pasar un bajón moral por causa de la invitación de mi marido a salir a trotar y tener que decirle que no, pues tengo mucho miedo a empeorar mi lesión, hoy había que cambiar las tornas y volver a darle caña al cuerpo.  Vista la previsión meteorológica para los siguientes días, me he propuesto un mini-reto, jajaja.... Ir hasta Bakio, cosa que no tiene nada de especial porque ya lo he hecho otras veces, y subir con la bicicleta hasta la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, que eso ya será otro cantar.


Los que me conocéis de hace algún tiempo, ya sabéis de mis ventoleras, jajaja.... Y los que no, pues ya os digo que ésta es una de esas ventoleras que me dan de vez en cuando, jajaja...

Me he despertado a las 7:30 de la mañana y tras desayunar y recoger un poco la casa he ido a por mi bici y me he puesto rumbo hacia mi destino-objetivo-reto cuando eran las 8:45 a.m.  He salido tranquila, pero no demasiado porque el parte meteorológico de ayer anunciaba temperaturas máximas de 35º en la costa vasca, así que tampoco me podía relajar demasiado porque si no, a la vuelta me pillaría de lleno toda la solana o "caloret" que se dice ahora, jajaja...

He ido dirección Mungia y una vez que salgo del pueblo, cojo el cruce que me manda hacia Meñaka. Voy circulando por la carretera que tiene algunas cuestas majas para que piquen un poco las piernas y al llegar a un cruce, giro hacia la derecha para ir ya sin pérdida hacia Bakio. 

Total, que he llegado a Bakio sudando ya la gota gorda del calor y humedad ambiental que hacía a eso de las 11 de la mañana y he parado en la parta alta del pueblo donde hay un mirador desde el que se divisa la playa y parte del puerto.  Dos fotos y para adelante carretera dirección Bermeo.  No sabía con seguridad cuánto tendría que pedalear para llegar a la zona donde se encuentra la carretera de acceso al Islote de San Juan de Gaztelugatxe, así que me lo he tomado con resignación ya que había que ir por una carretera en constante subida que me ha dejado seca, jajajaja....



Cuando he llegado a la zona de restaurantes y la cervecera Eneperi, he visto gente por allí con la misma intención que yo de bajar hacia el inicio de las escaleras para llegar a lo más alto del islote.  Me saco una foto desde la carretera con la Isla de Aketxe al fondo y continuo la búsqueda del camino de acceso a la ermita.


Al final he encontrado un mosaico que indicaba 10 minutos al mirador y 25 a la ermita.  Era una especie de camino de cemento imitando losetas irregulares.  Por allí he bajado en bici los primeros metros frenando mucho porque la pendiente era de aúpa.  Ha habido un momento en el que he visto que me podía desmorrar en cualquier momento gracias a mi poca pericia ciclista y me he bajado de la bici para continuar andando.

Luego, el camino cementado desaparece y empieza un camino hecho en el mismo monte con una especie de escalones que se sostenían sobre travesaños de madera para darles forma de escalera pero que estaban un poco desfigurados por efecto de las lluvias e intemperie.

La gente tanto que bajaba como que subía por esta zoma me decían que vaya mérito tenía de ir con la bici por allí, jajaja....  A lo que yo les contestaba que no era por mérito sino por una ventolera o cabezonería que me había dado.  Los visitantes de la zona se quedaban un poco sorprendidos de verme bajar por allí mientras canturreaba canciones infantiles, jajaja...  ¡¡Ya habrán pensado, qué pedrada tiene ésta en la cabeza!! jajaja..... E igual no van muy desencaminados en sus pensamientos, jajaja...


Al final llego a la confluencia de las escaleras que bajan por el monte con la antigua carretera de acceso que está cerrada para los vehículos desde hace ya bastante tiempo por desprendimientos y un poco más abajo ya me encontraba en la explanada previa al inicio de lo que es la propia subida hacia la ermita.  He sacado mi cámara de fotos y un señor amablemente me ha dicho si quería que me me sacara una foto.  Yo le he dicho muy agradecida que sí, y me la ha sacado antes de iniciar el ascenso.


Primero he pasado por una fuente que hay a pie de las escaleras y he recargado mi bidón, que ya le hacía falta, y me he mojado la cabeza entera para refrescarme.

¡¡¡Ahora viene lo bueno!!!  Cojo la bici y empiezo a subir las escaleras a buen ritmo, así que por allí la gente se me quedaba mirando como las vacas al tren, jajajaja.....  Según me oían, se iban apartando del camino para dejarme pasar y no romperme el ritmo.  Algunos me han animado y otros me han preguntado si iba de penitencia, jajaja....  Y yo toda feliciana les decía que no, que me había dado una pedrada de subir con la bici, sin más.   Las sonrisas de los turistas y visitantes no se hacían esperar.  Era como si viesen un extraterrestre por allí.

De repente, me he parado y he sacado la cámara de fotos pues estaría bien tener una foto mientras subía. Saco el trípode y según lo estoy enroscando a la cámara me dice un chico que subía por allí con su mujer e hija:  -¡¡Ya te saco yo la foto, mujer!!  Yo toda agradecida le digo: -Pues me harías un grandísimo favor, la verdad, porque a veces para sacarme una foto pierdo mucho tiempo entre que busco el ángulo que quiero, coloco en equilibrio la cámara, la configuro el temporizador y me pongo en la pose que quiero plasmar, jajaja...

Total, que me ha sacado una foto de espaldas y más adelante, el mismo chico, me ha sacado otra de frente mientras subía los escalones.  Le he dado mil gracias y he continuado jadeante hacia la ermita.



Las personas más mayores se quedaban fliplando al verme por allí con la bici encaramada y subiendo tan campante.  Una me ha dicho: -¿No sería mejor haber dejado la bici abajo?  A lo que le he contestado: -¡¡Mejor seguro que sí, pero si me la roban, a ver cómo vuelvo yo a casa!! 

Por fin llego a la ermita de San Juan de Gaztelugatxe y como aparecidos de la nada veo a unas cuantas personas que me estaban mirando desde lo alto que me han empezado a aplaudir y a darme la enhorabuena por aquella gesta, jajajajaja.....  Algunos turistas extranjeros también me han fotografiado como si estuviera haciendo algún récord Guinnes o algo así, jajaja.... ¡¡Qué curioso, con el pedazo de paisaje que tenían a sus pies y se despistan con una que sube con la bici hasta la ermita!! jajajaja....  Al final me ha dado hasta la risa de ver la expectación que había levantado entre la gente allí congregada.  Les he agradecido las muestras de ánimo y felicitaciones y me he ido a la entrada de la ermita para tocar la campana 3 veces como es tradición.

De nuevo a aparecido como por arte de Birli y Birloque mi fotógrafo personal de hoy que se me ha vuelto a ofrecer para hacerme la foto de rigor mientras tocaba la campana, jajaja...  Le he dicho que ya lo hacía yo con el trípode porque quería pillar la imagen desde abajo hacia arriba y que con el trípode ya me las arreglaba.  Y va y me suelta el chico:  ¡¡De eso nada, ya te la hago yo!!  Ante su insistencia, le he tenido que dejar hacerme la foto, jajaja... Se ha tirado literalmente al suelo para pillar el ángulo perfecto para la foto, jajaja...  ¡¡¡Más majooooo!!!  Le he vuelto a dar las gracias una vez más y luego he sacado una foto del interior de la ermita que es preciosa.


He mirado el reloj y ya era bastante tarde.  Todavía me quedaba bajar los 241 escalones que había subido hace un rato, así que alguna foto más, que también he tenido la suerte de que me sacaran otras personas y vuelta para abajo con alegría de haber conseguido mi pequeño reto de hoy.





Según bajaba, ya un poco más relajada y quitada la vergüenza de pedir a la gente que me sacase alguna foto, le he dicho a otro chico que me he encontrado por el camino  a ver si era tan amable de sacarme una foto con la flaka mientras bajaba. -Ningún problema.  Me ha dicho. Y me ha hecho la foto.  Le he dado las gracias y he continuado el descenso.


Otro matrimonio de personas mayores, al verme bajando por las escaleras me ha preguntado el hombre a ver si me podía sacar una foto porque le parecía extraordinario el ver a una persona por allí bajando con la bici.  Muerta de la risa por dentro, le he dicho que sí, que vale.  Me ha sacado la foto y se ha quedado tan feliz el hombre, jajaja....

Por fin llego a la base y final de las escaleras y me vuelvo a mojar la cabeza en la fuente y lleno de nuevo el bidón.

Mucha gente me ha felicitado arriba y durante la bajada por la pequeña gesta que había protagonizado, jajaja...

He decidido subir por la antigua carretera de acceso que está cerrada al tráfico y la verdad es que se encontraba en un estado lamentable.  Había mucha piedra y grijo de relleno y no había manera de subirla montada en la bici.  Al final, todo a pata y peleándome con un tábano que me quería hincar el diente, jajaja... Hasta he tenido que echar a correr mientras subía en algunos tramos de mayor agobio.

Por fin llego a la carretera de la costa desde la que he vuelto a bajar a Bakio y donde me he tomado un merecido refrigerio con un pincho de txipiron rebozado para reponer fuerzas. ¡¡Qué rico estaba!!


Vuelta a casa más contenta que ni sé.  Este entreno os lo dedico a tod@s l@s que me soportáis en mis días "plof" y aguantáis mis "chapas" por aquí.  ¡¡Gracias de corazón a tod@s!!