viernes, 20 de diciembre de 2013

Participación en el Reto Solidario de EITB junto a Iker Karrera (19/12/2013)

Hoy, día 19 de diciembre me he embarcado en una experiencia muy bonita que se organiza desde la EITB en su Maratón Solidario por la donación e investigación de trasplantes en el que Iker Karrera Aranburu aportará su grano de arena con un reto que consiste en subir y bajar del Pagasarri continuadamente desde las 9 de la mañana hasta las 21 horas de la noche.

Lo mejor de todo, es que en la última subida hacia el Pagasarri, han invitado a todos los corredores que lo deseen, acompañarle en este reto.   Y yo, como este año estoy que lo tiro, pues me he apuntado a pesar de que las previsiones meteorológicas son bastante malas para la tarde noche por un frente frío que dejará nieve a unos 700 metros de altitud.   Pero eso no me iba a echar para atrás y aún así he decidido participar.
Aquí estoy con mis amigos Andeka, Iñigo, Ikar, Fernando y Jesus.
 He salido de casa con tiempo suficiente, pues tenía pensado llevar ropa de recambio para después de participar en el reto y así lo he hecho.  Me he llevado dos mochilas.  Una con lo que tenía previsto llevar conmigo en la carrera y otra con ropa para después que he podido dejar en las taquillas de la estación de autobuses de Termibus.

Seguidamente me he acercado a la sede de la EITB para ver qué se cocía por allí y me he encontrado con varios amigos con los que he estado charlando mientras esperábamos a que bajase Iker de su 6ª subida al Pagasarri.  Para no variar, han caído unas cuantas fotos, jajaja....  También estaba mi primo Felipe que ha ido para saludar a Iker Karrera y seguramente para apoyarme con su presencia, cosa que le agradezco enormemente.

Pasados unos momentos, se empieza a mover la gente de por allí porque comentan que ya estaba a punto de llegar Iker a la sede de la EITB.  Y efectivamente, ha aparecido por allí con un pequeño grupo de corredores que le acompañaban.  Les hemos recibido a todos, como se merecen, con aplausos y vítores de ánimo.

Luego, Iker, se ha retirado un poco para reponer fuerzas y en pocos minutos ya estaba dispuesto para salir a por la última subida al Pagasarri acompañado por todos los que estábamos allí ilusionados de poder correr con él mano a mano.

Momentos previos a la salida hacia el Pagasarri.
¡¡¡Estoy dispuesta a darlo todo por este reto!!!
A eso de las 19 horas, nos ha dicho Iker: "Venga, ¿salimos ya?"  y todos al unísono: "Sí" y hemos empezado a trotar suavemente desde EITB y yo como preveía que me iba a quedar descolgada enseguida, me he "pegado" literalmente a Iker Karrera para ir con él e intentar seguir su ritmo.  Le he dicho en plan risas que se apiadase un poco de mí, que era novata en este mundo y que había empezado este año y bla, bla, bla.... jajaja... El pobre hombre se reía por no llorar, jajaja....  ¡¡Ya habrá pensado!!  ¿de dónde ha salido ésta?, jajajaja....

Hemos subido por la calle de la Estación de Basurto todos en grupo y nos hemos desviado más adelante por la Estrada Masustegi en continuo ascenso suave, que de vez en cuando nos sorprendía con alguna buena rampa, aunque todavía no habíamos salido de la urbe, propiamente dicho.  En algunos tramos Iker ha andando aunque a paso ligero y con la zancada larga, jajaja... Y yo para no quedarme descolgada, a su lado codo con codo corriendo a pasitos pequeños por el grado de inclinación que estaba tomando ya la ruta.

Luego nos hemos adentrado por el barrio Caramelo y por allí, y tras saltar una valla de un cercado, nos hemos metido por fin en terreno natural por un estrecho sendero que cruzaba unas campas.

Cuando se cumplía el kilómetro 2 de trayecto, hemos salido del sendero y hemos subido por una pista de hormigón por la zona de Kobeta y tras unos 70 metros, nos hemos vuelto a meter al monte para continuar nuestra peculiar singladura.  

A estas alturas de trayecto, yo iba pensando que Iker me había hecho algo de caso en eso de aflojar un poco el paso, porque si no, no era normal que yo aguantase el ritmo que lleva él normalmente.  Iba disfrutando mucho de ir en grupo con mis amigos del facebook y del grandísimo corredor de Amezketa.

Una vez recorridos los 3 primeros kilómetros y entrar en el camino de Arraiz, mis sensaciones eran buenísimas.  Estaba que no me lo creía, pues seguía yendo en grupo e incluso pudiendo hablar sin agobiarme por coger aire.

El recorrido estaba muy bien, pues tenía mucha parte de pistas de monte, con lo cual correr se convertía en una auténtica gozada para mí.  Era muy chulo ver el movimiento de la luz de los frontales y todas nuestras siluetas al ritmo del tipi-tapa subiendo por el monte. 

A la altura del kilómetro 5 aproximadamente, y tras haber corrido en grupeta con todos, y a pesar de que iba hidratándome bien, a mi cuerpecillo le ha empezado a faltar un poco de chispa y me he empezado a quedar un poco atras, aunque no mucho.  No he sufrido por ello, pero ya me iba mentalizando de que no iba a llegar a hacer cima en el Pagasarri con todos a la vez porque intuía que me iba a descolgar mucho más de ellos en unos minutos.
Viendo que me iba quedando un poco descolgada, aproveché para sacarme esta foto.
Aquí se puede decir aquello de que soy una iluminada, jajaja...
Como veía que me iba a quedar muy descolgada, les he avisado a todos para que lo supiesen y que no pensasen que me hubiera extraviado por esos montes de Dios, jajaja...  Les he dicho que iba a ir un poco más suave y que les esperaba a la vuelta por la misma pista de ascenso.  Seguido, ya con la tranquilidad de no tener que seguirlos costase lo que costase, me he dedicado a disfrutar de la soledad de la noche y de los sonidos del viento y de los árboles zarandeándose.  Iba tranquila, sin agobios ni nada por el estilo, pues sabía que me los encontraría de nuevo por el mismo camino por el que estaba subiendo a paso ya mucho más suave e incluso sacando alguna foto.
Poquito a poco sigo subiendo en soledad por las pistas del Pagasarri.
Bilbao se veía precioso desde las alturas con todas sus luces y yo seguía trotando a mi aire por la pista hacia el Pagasarri, aunque ya no tenía ninguna referencia de las luces de los frontales de mis compañeros de ruta desde hacía unos 15 minutos.
De vez en cuando es bueno pararse y observar lo que dejamos atrás.
Más adelante, y seguido de girar hacia la izquierda por la pista, decidí caminar un poco y tomarme aquella soledad con tranquilidad y probándome a mí misma en el tema de los miedos y angustias que me da la noche en un lugar como un monte.  Para el resto de lugares no tengo problema, ¿eh?  Que no se piense nadie que soy una acongojada de la noche, jajajaja.....

Cuando llego al punto kilométrico 6,84 de mi Garmin, la luz de mi frontal a pesar de que no alumbraba demasiado, me dio una sorpresa a unos 20 metros de mí, pues levanté un poco la cabeza y vi dos resplandecientes lucecitas de color verde amarillento fijas en la oscuridad de la noche.  Paré en seco y afiné la vista para ver si era lo que parecía o era yo que me lo estaba imaginando, jajaja... Ya se sabe el dicho aquél que un día dijo el Dinio  de: "La noche me confunde", jajajaja....  Pero no, no me estaba confudiendo, la verdad es que allí había una vaca mirándome fijamente desde un lateral del camino.  En ese mismo momento dí por finalizada mi ascensión en solitario camino de la cima del Pagasarri y con mucho cuidado y sin hacer ruido ni aspavientos me dí la vuelta para empezar a bajar hasta una zona segura.
Creo que mi cara lo dice todo.  No estaba súper agobiada pero la presencia
de la vaca a unos pocas decenas de metros me tenía en alerta, jajaja....
Total, que mantengo la calma para lo que soy yo de escandalosa y bajo hasta el giro cerrado anterior por el que había subido, paro el cronómetro de mi reloj Garmin y me pego literalmente a un poste indicativo de las rutas posibles desde aquel punto.  Le mando un wassap a mi amigo Andeka que iba con el grupo y le digo dónde estoy mandádole la ubicación y una foto del poste que indicaba que quedaba poco más de un kilómetro hasta la cima del Pagasarri.

No hubo contestación, pero yo mantuve la calma.  También le mandé un mensaje a mi marido y otro a Pablo San Juan, para comentarles la situación en la que estaba, jajaja... Hasta me dio tiempo colgar un pequeño post en mi muro del facebook, jajaja...  ¡¡Había que entretenerse con algo!! 

Pasados unos 20 minutos parada y en intensa soledad, esperando a volver a ver a mis compañeros de ruta, empiezo a oir a lo lejos los pasos acelerados que vuelven hacia mí y las luces de los frontales bailando al ritmo.  ¡¡Qué alegría, me volvía a encontrar con todos de nuevo!!  Les dije a grito pelado que ya habían tardado en bajar, jajaja.... Y seguido me uní a ellos en rápida bajada.

Pero resultó que después de estar parada durante la espera, me quedé algo fría y cuando arranqué a correr pista abajo, me costó coger el ritmo y vi como se me iba alejando el grupo que bajaba a toda velocidad. Me tuve que "poner las pilas" porque sino, volvía a quedarme sola y eso ya no quería, jajaja... Aunque iba un poco distanciada no me permití dejar de ver las luces de los frontales de mis antecesores y apreté todo lo que pude el ritmo.  Había veces que me acercaba más y otras que me alejaba un poco pero conseguí ir tras ellos sin perdérlos de vista hasta que bajando del barrio Caramelo y trás un cruce de caminos me volví a quedar sola, pero solísima, jajajaja....  

Entonces, en ese momento, sí que me agobié bastante pues no sabía hacia dónde tirar.  Hacia la izquierda por un sendero o hacia la derecha hacia una carretera que tenía una valla para que no pasasen los coches.  ¡¡Gran duda!!  Empecé a dar voces preguntando para dónde tenía que ir pero no obtuve respuesta.  Yo creo que ya no me oían.  Al final miré hacia abajo e intuí que yendo por el sendero de la izquierda daría a una carretera que tenía una zona de aparcamientos y así lo hice.  Bajé y llegué a donde tenía pensado llegar. Pero desde allí, tampoco sabía si seguir carretera abajo o hacia un camino que se desviaba a la izquierda.  ¡¡¡Menudo agobio por Dios!!!  Estaba muchísimo más agobiada que cuando me quedé sola en medio del monte con la vaca haciéndome compañía, jajajaja....  Ahora me río, pero en esos momentos estaba enfadada conmigo misma por no tener aptitud ni facilidad de orientarme.  

Yo sólo sabía que tenía que bajar hacia San Mamés y de repente, como por arte de Birli y Birloque apareció un autobús, al cual no dudé en parar poniéndome delante de él a riesgo de que me atropellase. Le pregunté si para bajar a la zona de San Mamés iba bien por aquella carretera y me dijo que si bajaba por allí que llegaría a Basurto.  Entonces le dí las gracias y marché "pitando" para abajo, no fuese que se preocuparan por mi tardanza, jajajaja....

Enfilé la estrada de Masustegi y bajé todo lo rápida que pude hacia la urbe.  Cuando llegué todavía estaban allí todos o casi todos.  A Iker Karrera le estaban entrevistando los de la EITB por su reto y de repente aparecí yo toda tronificada y dando voces en plan "cantamañanas" y claro de repente la gente empezó a aplaudirme y a vitorearme, jajaja....  ¡¡¡Vaya manera de dar el cante!!!

Después conseguí hacerme una foto con Iker Karrera para el recuerdo y le dije que había supuesto para mí un lujo y un honor acompañarlo aunque sea sólo en parte en ese reto.  Me dio las gracias y nos despedimos.
Foto para el recuerdo con el grandísimo Iker Karrera Aranburu.
Luego, algunas fotos más y mi amigo Jesus Beamonte se ofreció para llevarme a casa, cosa que me vino fenomenal pues estaba un poco cansada y volver en el metro se me iba a hacer un poco pesado.  Así que fui a buscar mi mochila con la ropa de recambio a las taquillas del Termibus y seguido me fui al parking para buscar el coche con el que volvería a casa.

Con mis amigos Samuel y Lidia.

Y hasta aquí esta experiencia con un pequeño punto de aventura de mi participación en el reto de subir al Pagasarri con el grandísimo Iker Karrera dentro del Maratón Solidario por la donación e investigación de transplantes que organizó la EITB.

Hoy peso: 59 kg.


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