Después de pasar una noche movidita por culpa esta vez de un mosquito trompetero, a las 5:30 a.m. ha sonado el despertador para levantarme a desayunar y acabar de preparar todo lo que necesito para participar en la 2ª edición de Mello Saria. He desayunado con consistencia, he preparado la bebida isotónica, me he vestido con la ropa de correr y me he ido en coche hacia Muskiz a eso de las 6:30 a.m., con bastante tiempo para asegurarme un aparcamiento cerca de la Plaza de San Juan, donde está el frontón, y así dejar allí mismo, en la consigna, mi mochila con la ropa de recambio y todo lo necesario para ducharme una vez finalizada la marcha.
Esta carrera la organiza la A.D.C. El Cerro de Llosa y su cabeza más visible es Txus Romón Martínez, reconocido corredor de montaña que tiene en su haber muchos éxitos deportivos y algunos récords en el fascinante mundo del trail runnning.
Cuando estaba llegando al extrarradio de Muskiz, circulando por la carretera que lleva a Somorrostro, he pasado junto a la refinería que está justo antes de llegar al pueblo y como era de noche me ha impresionado muchísimo todas las luces de color blanco super brillante que automáticamente me han trasladado a una ciudad alienígena, jajaja.... Bueno, he de decir que a mí todo el tema O.V.N.I. me gusta mucho, así que no ha sido difícil imaginar semejante lugar. ¡¡¡Espectacular!!! Si no habéis tenido la ocasión de pasar por allí de noche, os lo aconsejo. Te quedas flipao de tanta lucecita.
Bueno, a lo que iba, ¡¡¡que me enrollo!!! He llegado al punto de salida a las 7:00 a.m. y una vez aparcado el coche en el aparcamiento que está junto a la zona de salida de la carrera y marcha, me he abrigado bien con una sudadera de las de invierno, pues afuera del coche hacía 13º y yo, al ir vestida con la ropa running, me ha dado miedo coger frío. Así que he cogido los bastones, y las dos mochilas. La que llevaba con ropa de recambio y la que iba a llevar conmigo en la marcha de montaña. Me he dirigido al frontón y allí me he agenciado mi correspondiente dorsal. El número 768 me correspondía según un email recibido de parte de la organización el día anterior. Luego me he colocado el dorsal bien recto y centrado para que se viese bien y he estado ajustando las cinchas de la mochila que iba a llevar conmigo para que se ajustase perfectamente a mis hombros y cintura.
Mientras tanto un hombre que estaba cerca de mí se me ha puesto a darme conversación sobre carreras y marchas de montaña y me contaba que había estado el día anterior en otra marcha en Gernika o algo así. La cuestión es que hemos estado un buen rato hablando. Yo mientras tanto estaba buscando con la mirada a mi amigo Txus Romón para saludarlo y decirle que este año no había venido a sacar fotos sino a hacer la marcha.
Cuando me ha visto que iba hacia él, me ha sonreído y me ha dado un abrazo y dos besos y me ha dicho que hoy sí que era el día en el que me iba a devolver un pen-drive que le dejé el año pasado con las fotos que hice de la 1ª edición de la Mello Saria. Y yo muerta de risa, le he dicho que lo de la llave usb ya lo tenía olvidado, que se dejase de tonterías, jajaja .... Pero él ha insistido en que sí, que lo tenía y que me lo quería devolver.
Aquí estoy con el gran Txus Romón. |
Los minutos iban pasando y la hora del inicio de la marcha se estaba acercando inexorablemente. ¡¡Por cierto, no he comentado que esta es mi undécima participación en una prueba de montaña!! En este caso una marcha, pero que seguro que le voy a sacar chispas en cuanto tenga la más mínima oportunidad.
Faltan 10 minutos para las 8:00 a.m., hora de salida de la marcha de montaña y nos indican por megafonia que nos vayamos colocando bajo el arco de salida-meta situado en el exterior y hacia allí me dirijo. Me voy acercando y en vez de irme a la parte trasera del tumulto de gente allí congregada, me coloco en la parte delantera en plan "élite", jajaja.... Más que nada por si sacaban fotos, que me pillasen en alguna de ellas. Total era una marcha y no una carrera y no creía que saliesen los participantes todos "tronados" y me atropellasen, jajaja...
Nos dan las últimas recomendaciones y avisos sobre un paso con dificultad por la pendiente y unas vallas que pueden entrañar peligro nada más comenzar a subir la primera campa y por fin dan el bocinazo de salida.
Empezamos todos a andar muy rápido pero sin llegar a correr, jajaja.... No vaya a ser que nos den el alto por ir corriendo y nos descalifiquen. Pasamos el parque que está junto al frontón y cruzamos una carretera que nos enfila hacia una pista de hormigón que está flanqueada por casitas antigüas y algunas casas de más moderna construcción con paso firme y ligero. Una señora en camisón se asomó por una ventana y nos aplaudía a todos los que por allí pasábamos y la verdad es que ese detalle es de agradecer, aunque yo veía que con la temperatura tan fresquita que hacía a esas horas, la señora se iba a agarrar una neumonía allí mismo, jajaja.... Así que cuando llegué a su altura la saludé y le dí las gracias a grito pelado y la recomendé que se pusiera la bata de guatiné antes de que cogiera el resfriado de su vida por estar allí animándonos, jajaja.... La gente se partía de risa, al escuchar lo que le estaba diciendo a la mujer. ¡¡Qué recuerdos!!
Seguido de esta pista, giramos a la derecha para meternos ya en terreno de montaña y lo primero que nos encontramos fue una pala de campa con verde hierba que estaba bastante resbaladiza por el rocío caído la noche anterior ya que el cielo había quedado despejado totalmente. Subimos con paso pausado y mirando no resbalar para no tropezar unos con otros y enseguida pasamos unas vallas de cercado para el ganado y transcurrimos por unos senderos estrechos que nos hacían ir casi en fila de a uno, pero que algunos se atrevieron a pasar paralelamente al resto de los marchistas por zonas sin pisar.
Serpenteamos por el terreno señalizado a la perfección y en unos pocos minutos nos encontramos con la primera cima del recorrido. El Pico Ramos de 229 m. de altitud, que tiene una ikurriña en su cima y un poco más adelante un buzón medio escondido y torcido con forma de un pequeño castillo. Las primeras luces del sol daban de lleno con todo su esplendor en mis ojos y me deslumbraban de tal manera que ni con las gafas solares veía bien, ¡¡¡Qué potencia de luz, por Dios!!!
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Subiendo una de las primeras rampas. |
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Camino de la primera cima. Pico Ramos 229 m. |
¡¡¡Primera cima!!! |
A continuación y después de hacer esta primera cima bajamos hacia Pobeña pasando junto a la granja "Basatxerri" y poco antes de cumplir el kilómetro 4, nos encontramos con el primer avituallamiento sólido y líquido. Allí cogí un puñado de cacahuetes y me bebí un baso de bebida isotónica de color rojo que por cierto estaba riquísima y de paso un fotógrafo de la organización me sacó una foto.
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Hidratándome a tope. |
Salgo del avituallamiento
más que contenta y sigo las marcas de las cintas que la organización había
colocado para continuar con la marcha, no sin antes recibir los ánimos de unos voluntarios que hacían la labor de parar el tráfico para que pudiésemos atravesar una carretera comarcal. Desde aquí, muchas gracias por esos ánimos, siempre vienen bien.
Volviendo al recorrido, pude disfrutar de empezar a correr por los senderos naturales que estaban rodeados de vegetación abundante y verde. La temperatura para mí era la ideal, pues aunque con el esfuerzo me suelo acalorar mucho, las sombras de los caminos refrescaban mucho.
A la altura del kilómetro 6, llegué al Alto de Kobaron y cuando cumplía el kilómetro 8 apareció una cima que se hace llamar El Haba de 227 m. de altitud.
Posteriormente, una vez descendida esta última y pequeña cima, pasando junto a unas parras de "Bizkaiko txakolina" llegué al segundo avituallamiento que me sorprendió por la variedad de comida sólida que tenía, cacahuetes, melón, naranjas, plátano, tomates y lo mejor de todo pastelitos de crema cubiertos de chocolate, jajaja... ¡¡Allí sí que me surtí bien!! Bebí esta vez un vaso de agua y para adelante, que todavía quedaba bastante camino.
Mientras me alejaba de este avituallamiento iba pensando que hasta el momento y a pesar de las primeras rampas, no estaba sufriendo demasiado con la ruta de montaña. Además iba disfrutando del paisaje en cuanto llegaba a cada cima con visibilidad. Así que iba muy contenta.
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Disfrutando del recorrido y del paisaje magnífico. |
En Posadero, encontré otro avituallamiento atendido por amables voluntarios que nos animaban para hacer frente a la siguiente cima. El Mello de 663 m. de altitud.
Así que con bien de fuerzas y ánimos afronté la subida a la cima más alta de todo el recorrido y cuando estaba acercándome, me pareció oir sonidos de txalaparta y txistus en mis oídos y creía que estaba alucinando auditivamente hablando, jajajaja.... pero cuanto más cerca estaba de hacer cima, más nítida sonaba esa alegre melodía indicándonos que llegábamos al Mello.
¡¡Qué alegría cuando llegué y vi aquél recibimiento!! Se agradece mucho todos los ánimos recibidos por parte de la organización y allí mismo le dejé a un chico la cámara de fotos para que me retratase en el buzón y en el poste geodésico de la emblemática cima. Luego comí y bebí algo del avituallamiento que estaba allí mismo y tiré para abajo con mucha alegría ya que me imaginaba que a partir de allí sería todo bajada y llanear.
¡¡Qué manera más guapa de disfrutar de la montaña que he descubierto!! |
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¡¡Ya vamos avanzando por el camino!! |
Aquí ya las fuerzas empezaban a flaquear un poco, pero estaba feliz de estar en esta cima y de pensar que me quedaba muy poco para acabar la marcha. |
Jokin Lizeaga pasando como una exhalación en primer puesto. |
Javi Olabarria también pasó a mi lado. |
¡¡Mi primo Felipe Larrazabal dándolo todo!! |
Aún así, no sabía cómo afrontar aquél tramo tan complicado y opté finalmente por tirar los bastones ladera abajo para poder agarrarme a la cuerda fuertemente y bajar haciendo una especie de rápel por aquél lugar. La verdad es que mi miedo inicial se convirtió en diversión al verme en aquella situación, jajajaa.... Me parecía surealista lo que estaba haciendo pero cuando acabé de bajar con alguna contusión por el desequilibrio que creaba aquél perfíl, me dije a mí misma: -"¡¡Qué guay, por dónde he bajado!! y continué corriendo alegremente por los senderos marcados disfrutando mucho de la naturaleza rebosante de vida.
Disfrutando a tope de correr en el monte. |
Finalizando ya los últimos kilómetros de esta magnífica prueba deportiva de montaña me crucé con una cuadrilla de amigos que iban a paso ligero, pero que al verme pasarlos corriendo me animaron mucho y un poco más adelante cuando me dispuse a autoretratarme se animaron a correr y al final salimos todos juntos en las fotos, jajajaja.... ¡¡Menudo cachondeo llevaban!! Echamos muchas risas, porque cada vez que pasaba algún corredor de los que conozco y le animaba por su nombre, me decían que seguro que me inventaba los nombres, que no podía conocer a tanta gente, jajaja..... ¡¡Y yo muerta de risa!!
Grupeta bien avenida en los últimos kilómetros de la II Mello Saria. |
Y poco antes de llegar a la zona de la Glorieta, donde acaba la carrera, también tuve que bajar por dos terraplenes que eran prácticamente verticales y que tuve que echar el culo al suelo para no irme de morros, jajaja.... Muy divertidos también.