miércoles, 9 de octubre de 2013

MI PRIMER PÓDIUM EN CARRERA DE MONTAÑA EN LA VI SERANTES IGOERA (6/10/2013)

Esta crónica es muy especial para mí, pues en ella os relataré una vez más mi experiencia en una carrera de montaña en la que he participado y que sorprendentemente me ha llevado por primera vez a subir al pódium, así que el famoso dicho de "a la tercera va la vencida" en este caso se ha cumplido a rajatabla, jajaja....

Esta ha sido mi 12ª carrera del año y la 3ª de montaña en la que participo y esta vez y para variar estaba durmiendo muy bien durante la noche....cuando de repente, ¡¡Zas, pesadilla al canto!!  

He soñado que estaba en un merendero disfrutando de una tarde en compañía de amigos cuando de repente todos han empezado a gritar y a poner caras de espanto ante mí.  Yo pensaba que lo que habían visto era que me estaba colgando un moco o por la nariz o que me había mordido la lengua y me estaba saliendo sangre de la boca, cuando de repente me susurraron todos:  Quieta Yolanda, no te muevas que lo que tienes atrás..... Y yo que soy muy curiosa, me giro un poco la cabeza y veo de refilón a un grandísimo tigre que se acercaba semiagachado, como hacen los felinos cuando van a atacar a su víctima por sorpresa y que se acercaba a mí siguilosamente.  Entonces unas lágrimas de desesperación y angustia recorrieron mi rostro mientras mis amigos miraban atónitamente la escena.  El tigre se fue acercando tanto que empecé a sentir el calor del vaho del aliento de su boca sobre mi espalda y entonces fue cuando me dije a mí misma..... "hasta aquí ha llegado tu vida, Yolanda. Esto va a acabar de la peor manera posible"  y cerré los ojos esperando ser atacada por el felino salvaje.  El silencio era sepulcral y de repente.....noté algo húmedo sobre mi lado derecho de la cara que venía de abajo a arriba y me dí cuenta en aquél preciso momento que el tigre me había dado un lametón a modo de probar mi punto justo de sal antes de zampárseme entera.  Y seguido abrió su enorme boca, sacando sus espeluznantes colmillos y con eterna lentitud, como si fuese a cámara lenta, me los puso sobre el cuello y...................¡¡¡¡¡¡¡DESPERTÉ!!!!!!!    ¡¡¡Uf, menos mal, qué agobio por Dios!!!   Era una pesadilla de las más chungas que recuerdo.  A las 4:00 a.m. ya estaba con los ojos como platos, jajajaja.....  Pero sabiéndome segura y entera, que no me faltaba nada.  

Al final media noche en vela, pues cada vez que cerraba los ojos, volvía a aparecer el tigretón ese de la pesadilla, jajajaja....

A las 8:00 h. me he levantado un poco "zombi" por la mala noche que he pasado y me he dispuesto a desayunar.  Una buena taza de café con leche, unas galletas de avena con pepitas de chocolate, zumo de naranja, arándanos y nueces.

El día ha amanecido bastante oscuro y fresco y con una fina lluvia que por momentos dejaba de caer para alegría mía.  Pero aún así, no las tenía todas conmigo, pues el tema del barro es un poco problemático para mí y más teniendo en cuenta que había que pasar por un cortado que tiene un poco de dificultad al tener bastante piedra al inicio del mismo y sobre todo por su estrechez y caída al vacío que tiene.  Vamos, que este paso hay que tomárselo con calma.

Una vez finalizado el desayuno, me he vestido con ropa de calle y junto con mi marido hemos salido de casa a eso de las 9:00 rumbo a Las Arenas, para allí tomar el Puente Colgante e ir andando hasta Santurtzi y llegar al barrio de Mamariga.  

Aunque la mañana era bastante fresca, 14º  y húmeda por el efecto del txirimiri, me he dirigido hacia el punto de destino a paso ligero y como quien no quiere la cosa he empezado a entrar en calor en el paseo.  Cuando he llegado al frontón de Mamariga, estaba con una sudada que para qué, jajaja.... ¡¡Me había cocido con la chamarra de polipiél que llevaba puesta!! jajajaja....

En fin, me he acercado al frontón y algunos con los que fui al entreno-presentación de la carrera un mes antes, cuando me han visto han venido a saludarme y a dar abrazos de bienvenida y a preguntarme qué tal y esas cosas y yo les he dicho que muy bien, que venía a darlo todo en la carrera.  A lo cual, ellos me han respondido con muchas frases de ánimo y llenos de alegría.  

Como ya conocía el lugar, me he ido directamente a los vestuarios del frontón a dejar la mochila con la ropa de recambio y los bártulos para ducharme tras la carrera y he salido a dar una vuelta y a ver si le veía venir a mi compañero de batallas, Pablo San Juan, también llamado "Bengala de Santutxu" y tras unos minutos paseando lo he visto venir de lejos acompañado por su mujer, perfectamente equipado con todo su atuendo deportivo de "pro".  ¡¡Llamaba la atención, la verdad!!  Con la altura que tiene y con una camiseta de Salomón roja y blanca, era como para no fijarse, jajaja.... Me he ido hacia ellos y los he saludado con mucho cariño y nos hemos ido a tomar un café a un bar de por allí cerca.  Les he contado lo del sueño, y se han reído mucho porque yo les decía que creía que era algo premonitorio de que lago me iba a pasar en la carrera, jajaja...  También hemos charlado de lesiones, alimentación, etc.  Muy relajante la conversación, la verdad.   Luego, Mar, la mujer de mi amigo se ha marchado y Pablo y yo hemos ido al frontón para ver si se podían recoger los dorsales.  Pero nos han dicho que todavía no era el momento.  Así que hemos estado por allí saludando a unos y a otros de los que conocimos hace un mes en la presentación del recorrido de la prueba y al final nos hemos dado cuenta de que ya había gente acercándose a las mesas de los dorsales.

Yo he ido a la de l@s veteran@s para recoger mi dorsal y cuando les he dicho mi nombre a las mujeres que llevaban el reparto de los dorsales, me han buscado y no me han encontrado.  Entonces les he dicho que tenía que estar, que me apunté de las primeras y que en la página web había mirado y sí estaba inscrita. Y me han preguntado la edad y les he dicho que 44 y entonces lo han visto claro y me han dicho: -Ah, no maja!!!  Estos dorsales son para los de 45 para arriba.  me han mandado a la otra mesa que para entonces tenía una fila de gente esperando, que....me he agobiado un poco, pero bueno, allí que me he ido.  He saludado a Iñigo Zabala Macías y a otros que me conocían de vista a mí pero no yo a ellos y me he puesto en la fila.

Mientras, mi amigo Pablo ya tenía su dorsal en las manos, yo me desesperaba esperando el momento de recoger mi dorsal.  Cuando de repente, me llaman desde la mesa de veteranos haciendo aspavientos con los brazos las mismas señoras que unos minutos antes me habían dicho que allí no tenían mi dorsal.  Las miro y me señalo a mí misma como queriendo preguntar "¿es a mí?"  y me hacen todas con la cabeza que sí, jajaja.... Total que fui y me dijeron que en el caso de las mujeres, se contaba desde los 40 años como categoría veterana.  A lo que yo, alividad, suspiré y les dije que entonces sí tenía que estar en la lista.  Miraron de nuevo y...... "voalá", como por arte de "Birli y Birloque" apareció allí mi nombre completo en la hoja de inscripciones, jajaja.... Y las mujeres todas apuradas pidiéndome mil perdones por el error y tal y yo les dije que estuviesen tranquilas que más se perdió en la guerra, jajajaja.... Me dieron mi dorsal, el nº 170 y me fui corriendo a donde mi amigo Pablo a contarle lo que había pasado.  Se rió mucho porque mientras le estaba contando el pequeño contratiempo, se me acercaba unos y otros a saludar y yo toda efusiva allí saludando a todo el mundo y "cascando" hasta por los codos con todos y ya con los nervios de punta.

Al de un rato, volví a donde estaba Pablo y éste me dijo que lo mejor sería que empezásemos a calentar las piernas y a hacer algún estiramiento y pequeña serie para activar el cuerpo.  Así que le hice caso y nos fuimos a la parte trasera del frontón a echar unas carreritas suaves para ir poniendo a tono las "cachas" para el momento de la carrera.  Estuvimos hablando poco, pero me dio algunos consejos que tuve en cuenta en la carrera.

También me pude hacer una foto previa con mis amigos Iñaki, Juan y Pablo Daniel antes de la carrera para echar unas risas, jajaja.... ¡¡¡Es que somos unos cracks!!!

¿Somos o no somos la bomba?

Eran las 11:15 h. cuando oímos que decían algo por megafonía.  Estaban llamando a todos los corredores y corredoras para dar algunos consejos y detalles técnicos de la carrera, así que allí fuimos a poner la oreja bien abierta para atender a lo que se decía.  Pero mientras la charla megafónica seguía, yo seguía saludando a unos y a otros.  Y cuando faltaban excasos 5 minutos de iniciarse la carrera, le dije a mi amigo Pablo que no nos habíamos sacado la foto previa a la carrera a lo que él me dijo que tenía que ser muy rápido porque se quería poner en primera fila, así que saqué apresuradamente la cámara y le pedí a uno que estaba por allí cerca que nos sacase una foto para el recuerdo, a lo cual accedió amablemente.

Foto para el recuerdo de Pablo y mía.
Después, mi amigo Pablo se fue hacia adelante y yo me quedé en segunda fila hablando con otro amigo mío, Javier Lozano, y estuvimos y echando risas para romper la tensión del ambiente que se cortaba con un cuchillo, jajajaja.... Pero todos estábamos con una mano sobre la otra y con los dedos a punto de pulsar nuestro relojes-cronómetros en cuanto diesen la salida.

Llega la hora de inicio de la carrera, las 11:30 y dan el bocinazo de salida y salimos todos tronados hacia nuestro primer objetivo, la cima del Serantes.   Yo fui avanzando entre toda la multitud y cuidando de no cruzarme a nadie ni que nadie se me cruzase a mí para no tropezar y caer al suelo, pero me estaba dando cuenta de que un gran grupo se había adelantado bastante aunque estirado.  Lo mejor de todo es que en ese grupo estaba Pablo, que había venido muy motivado a esta carrera después de una parada técnica que tuvo que hacer la primavera pasada.  Esta era su primera carrera post-parada técnica y me había comentado minutos antes que estaba con esos nervios previos a vivir su primera carrera de montaña hace ya unos años. Así que yo estaba feliz de que hubiese hecho aquél arranque a toda potencia y perderlo de vista enseguida.

Después de enfilar la calle Mamariga por la carretera, nos desviamos hacia la calle Vista Alegre por la que continuamos hasta encontrarnos con la pista de hormigón que lleva hasta la cima del monte Serantes, pero en los detalles de la prueba, decía que el primer kilómetro era obligado hacerlo por esta pista de hormigón, pero que a partir de allí, cada cual podría subir a la cima del Serantes por donde quisiese, esto es, monte a través o seguir por la pista de hormigón.   Así que una vez que recorrimos el susodicho tramo hormigonado, nos encontramos con una cinta de balizamiento en la ladera que caía hacia la pista dando allí mismo comienzo, para quien lo quisiese, la subida al repetidor y cima del Serantes monte a través.

El grupo de corredores iba más o menos estirado y al llegar a la zona balizada, allí nos apelotonamos todos y aquello parecía más bien la cola de la espera de la pescadería o charcutería del Eroski, jajaja.... Así que en cuanto llegué, pedí la vez y la gente se empezó a tronchar de risa, jajaja....  ¡¡Qué momento!!

A lo que iba, tras esperar a que los de delante mía fuesen desfilando por la ladera empinada, me decidí a ir por allí también yo.  Total, ya que estaba... Y la verdad que al principio como éramos tantos corredores, en vez de correr íbamos andando porque no había sitio para todos pero en cuanto se fue anchando un  poco el camino ya la gente le empezaba a meter zapatilla a la carrera.   Así que yo no iba a ser menos, y me dije: "Ala, Yolanda a darlo todo" y allí me lancé a trotar mientras iba superando cada vez más desnivel. Curiosamente, no me sentí axfisiada en exceso al inicio de la carrera y eso para mí era una excelente señal así que poco a poco fui avanzando e incluso adelanté a varios corredores por el camino que sorprendentemente no tenía excesivo barro después de lo que llovió el día anterior.

Caía una fina lluvia de vez en cuando pero no agobiaba excesivamente, así que incluso me vino bien para ir refrigerando el cuerpo, jajaja....

A una de éstas, me doy cuenta de que de mi nariz salía algo que podría ser agua, sudor o ...... ¡¡un moco!! y me empiezo a agobiar porque no llevaba ni un miserable clinex con qué limpiarme y eso de sonarme la nariz en plan ciclista echando la metralla hacia un lado se me antojaba muy difícil ya que tenía claro que le iba a salpicar a alguno de al rededor o lo que es peor, me iba a salpicar a mí misma y menudo ridículo más grande que iba a hacer, jajajaja.....  Así que empecé a hablar sola de mi mala suerte por no poder sonarme la nariz como era debido y tal y tal y de repente como por arte de magia apareció un señor que me ofreció un paquete de clinex a estrenar sacados del bolsillo de su chamarra, jajaja.... Yo que no daba crédito a lo que veían mis ojos, le dije mientras no paraba de correr que me diese sólo uno, pero el amable hombre insistió en darme el paquete entero y así me lo dio.  Le dí las gracias 3 o 4 veces seguidas y saqué a todo correr un pañuelito, lo zarandeé al viento y me soné la nariz tan fuerte que casi me reviento los tímpanos de la fuerza, jajaja.... ¡¡Pero qué a gusto me quedé!!

Foto de la organización.

Después de despejar bien las aletas nasales, parece que cogí hasta más fuerza y me lancé ladera arriba con más ganas si cabe, al verme liberada de aquél entaponamiento, yo creo que al respirar mejor bajaron hasta las pulsaciones por minuto que llevaba un poco disparadas (157), jajaja....

A la altura del kilómetro 2, volvimos a pisar pista de hormigón para cruzarla y seguir a continuación terreno a través. Ya habíamos ascendido a una altura de 228 m. pero con un desnivel bastante acusado y todavía nos faltaba llegar al fuerte del Serantes desde donde deberíamos ascender a la cima del monte, pero antes pasé por una zona de merendero donde había gente animando y alguien de la organización que al verme me dijo: - Aurrera neska, que vas la sexta!!!  Y yo toda sorprendida le dije:  - Será porque sólo estaremos séis chicas corriendo, jajaja.... A lo que me contestó la misma voz:  - ¡¡¡De eso nada, estáis corriendo 19 chicas así que vas muy bien!!!  Después de esta noticia, el ánimo me subió por enteros y proseguí la carrera mucho más motivada.  Según llegué al fuerte, lo bordeé dejándolo a mi izquierda y tiré para arriba con mucho ánimo.

Según iba subiendo me crucé con mi amigo Iñaki Gutierrez que me llevaba la delantera desde el principio y que yo no tenía ni idea de por dónde andaba él y le dí un grito, que enseguida me reconoció y me dijo: - ¡¡¡Yolanda, qué bien, me vas a pasar!!!  y yo le contesté que a lo mejor sí, pero que seguro que él me volvía a pasar a mí al de poco tiempo.  Y me dijo que tenía sus dudas porque el monte no era su terreno habitual para correr, así que se apartó un poco, le choqué la mano y le dí las gracias por el paso que me dejó y tiré para arriba mientras le animaba a que no tirase la toalla que enseguida se llegaba a la cima y luego ya todo sería más fácil.
Subiendo con alegría de ver a mi amiga Yolita de Sestao.
Seguí pegando zancadas monte arriba y de repente oigo que alguno y alguna gritan mi nombre.  Yo toda sorprendida levanto un poco la cabeza y veo a mi amiga Yolita del facebook con su marido que me estaban sacando fotos con el móvil.  ¡¡qué ilusión me hizo!!  Les saludé y les dije que luego nos veríamos abajo y les di las gracias por estar allí animándome y sacando fotos.

Foto cortesía de Yolita.
Continué mi ascenso hacia la cima del Serantes casi a cuatro patas, porque por allí curiosamente había más barro que al inicio y teniendo en cuenta todos los corredores que habían pasado previamente, pues estaba bastante amasado para resbalar en cada paso, jajaja.... Pero no me importó, puse toda la carne en el asador y tiré para arriba para llegar a la antena.

Cuando cumplía al rededor de 30 minutos en carrera llegué a la cima y allí pulsé el botón que marca una vuelta o punto concreto de un recorrido en mi reloj Garmin para tener una referencia a posteriori.  Mi amigo Iñaki, que venía tras de mí, en unos pocos segundos me alcanzó y logró rebasarme con paso alegre, por lo que me alegré mucho por él y le recordé lo que le había dicho unos 40 o 50 metros atrás sobre que me volvería a pasar de largo y le animé mucho para que metiese el turbo y tirase para adelante, a lo que me respondió animándome mucho también.

Una vez llegados a la antena, continué dirección Zierbana por el cordal del monte durante unos 800 metros sin apenas desnivel pero echando la vista al suelo para no torcerme ningún pie, pues a parte de estar resbaladizo, había piedras por el sendero por el que debía transcurrir.  En este sendero me volví a juntar con mi amigo Iñaki, al cual pregunté a ver qué tal iba y me dijo que bien pero que estaba sufriendo un poco, jajaja... ¡¡Pues como todos!! le dije yo, pero ¡qué manera más bonita de sufrir!, jajaja...

A continuación llegó la parte de la carrera en la que yo más miedo tenía, pues llegaba el cortado de descenso hacia abajo y por la parte lateral del monte que asoma hacia la Autovía del Cantábrico que era una zona para mí por lo menos un poco técnica ya que había que ir con mucho cuidado pues el sendero era muy estrecho, con piedras y barro y hacia el lado derecho del mismo sólo había caída al vacío prácticamente en vertical.   Así que allí me puse muy alerta y concentrada para no cometer ningún error y no tener un accidente despeñándome vacío abajo.  Avisé a los que venían detrás mía que tuviesen un poco de paciencia porque allí no pensaba precisamente en correr, sino más bien en ir andando con mucho cuidado y que igual formaba algo de tapón, a lo que me respondieron todos casi al unísono que estuviese tranquila que todos iban a hacer lo mismo.  Con lo cual fue un alivio para mí el no tener esa presión de algún corredor que quisiese pasar a toda pastilla mientras yo iba con cautela por aquella zona.

Fui dando pasitos pequeños pero seguidos y con relativa rapidez sin llegar a correr por el cortado, porque el estrecho camino tenía zonas que resbalaban unas más que otras e incluso me iba agarrando a la vegetación que me quedaba a mi lado izquierdo para asegurarme, aunque sea psíquicamente, de que iba algo más protegida.  Hasta que una vez recorrido unos 400 o 500 metros de este cortado se volvía a acceder a un sendero más ancho el que ya permitía volver a correr con garantías de no morir en el intento, jajaja.... Allí sí que empecé a apretar la la zancada y la velocidad para volver a llegar al fuerte del Serantes cuando se cumplía aproximadamente el kilómetro 5.

Después de pasar por delante del fuerte, volví a pisar pista hormigonada durante unos 200 metros a buena velocidad, en algunos momentos por debajo de los 5 min./km y en el primer recodo que me encontré bajando, había un paso entre maderas por el que había que meterse para volver a terreno natural.  Aquí sí que empecé a correr a más velocidad disfrutando del bosque y del sendero mucho más cómodo para transitar por él ya que estaba más equilibrado y lleno de pinocha de los pinos, lo cual le daba un encanto especial.

En este recorrido por la zona boscosa que asomaba al Abra llevaba tras de mí a algún corredor que otro, e incluso fui hablando y echando risas con él, aunque no tengo ni idea de quien era, jajaja.... Disfruté al máximo de correr por aquella zona que de vez en cuando y en algún claro me permitía divisar todo el Puerto de Bilbao, el Abra, y todo el horizonte marítimo y terrestre hasta donde la vista llegaba.

Llegado el kilómetro 8,8 del recorrido se volvía a acceder a la pista de hormigón no sin antes hacer un alto justo allí mismo parando en el segundo avituallamiento en el que había mucho plátano y agua preparada en vasos lista para beber.  Yo cuando llegué allí, vi que había una chica sacando fotos a los que llegábamos y le dije desde lejos que se preparara para sacarme una foto saltando a la de tres e hice la cuenta del 1 al 3 y dí un salto en plan cabritilla para que me retratase, jajaja... No sé si lo consiguió, pero todos los que estaban en el avituallamiento más la gente que estaba allí viendo la carrera se rieron mucho conmigo porque cuando llegué a las mesas, me puse a dar saltos y a bailar mientras engullía varios trozos de plátano y bebía a trompicones el vaso de agua.   Luego me despedí de todos alegremente y me aplaudieron y me animaron a lo bestia, jajaja...  ¡¡Qué subidón, ya estaba llegando la recta final de la carrera y me sentía más que genial, fenomenal!!

Volviendo a la pista de hormigón, bajada trepidante durante 600 m. a una media que rondaba desde los 5min/km a los 4:10min/km, para a continuación y en el kilómetro 9,3, acceder a un sendero que tras un kilómetro me llevaría a otro punto obligado de visitar en la carrera, El Mazo, donde está situado un antigüo polvorín que rodeé por su lado izquierdo, rebasando a dos o tres corredores por lo menos, así que iba con muy buenas sensaciones y sabiendo que el final de la carrera estaba ya cerca.
Foto de Urtzi G.  Controlando en todo momento la bajada.

Foto de Urtzi G.
Cuando se cumplía el kilómetro 10,5 aproximadamente volví a encontrarme con la pista de hormigón que ya sin ninguna duda me llevaría al final de la carrera en el barrio de Mamariga y allí mismo decidí acelerar la carrera para llegar a la meta.

Accedí a la carretera de la calle Mamariga que llevaba a la meta, y vi a lo lejos unas vayas por las cuales una persona de la organización me dijo que debía meterme para llegar a meta y así lo hice.  Había gente, pero según me iba acercando, como iba totalmente sola sin nadie detrás mía por lo menos en unos 150 m., me empezaron a aplaudir y a jalear y yo les correspondía levantando las manos y saludando al respetable público toda contenta.   Pero cuando más me acercaba a meta ví que había muchísima más gente aplaudiendo a rabiar y gritando a tope a mi llegada con lo que llegó un momento en que todo aquello me desbordó de tal sobremanera que rompí a llorar cual madalena por la emoción tan grande que sentí, mientras me preguntaba a mí misma si era verdad lo que estaba viviendo en aquél momento o era un sueño.

Mi amiga Yolita, también estaba allí sacándome un vídeo de mi llegada y le choqué la mano como pude y bueno.....la entrada en meta fue tan espectacular con todo el mundo aplaudiendo y jaleándome, que no conseguía ver nada pues tenía los ojos hundidos en lágrimas de la alegría y emoción y allí estaban los fotógrafos para retratar aquél momentazo.  ¡¡¡¡Qué sensación tan grande de felicidad!!!!  Había acabado la carrera sin morir en el intento y el recibimiento por los vecinos de Mamariga fue sencillamente fabuloso.
Aquí ya me empecé a emocionar exageradamente,
¡¡¡madre mía qué alegría tenía!!!  Foto de Yolita.

Llego a meta llorando a "moco tendido"  paro el reloj-pulsómetro Garmín en 1 hora 30 minutos y empiezan a acercarse amigos y conocidos a felicitarme a mi llegada y yo que estaba más emocionada que si me hubiese tocado la lotería, a todos ellos me abrazaba y rompía a llorar dándoles las gracias por las felicitaciones.  Vino hacia a mí hasta gente que no conocía a felicitarme.  ¡¡¡Muy fuerte!!!   Me dieron un botellín de agua para ver si bebiendo un poco me calmaba y me era casi imposible mantenerlo en las manos porque me temblaba todo el cuerpo de la emoción y también producto del esfuerzo realizado en la carrera.

En un momento donde ya me había calmado un poco, y había cogido aire y por fin podía hablar y no llorar, se acercaron apresuradamente dos hombres y una mujer con un papel en la mano y me dijeron: -¡¡A ver ese dorsal!! y les digo: -¿Para? y tras mirar en sus papeles, veo que escriben algo en ellos y me dicen: - No te vayas a casa que tienes algo.  Y yo toda incrédula y que todavía no me había recuperado de la llorera anterior les pregunto: -¿Algo de qué?  Y me contestan todo serios: -Tienes premio.   Mira, yo que oigo aquella frase y me quedo toda flipada, empiezo a temblar y a llorar de nuevo sin poder creer lo que habían escuchado mis oídos.

Mi amiga Yolita que estuvo por el recorrido con su marido haciéndome fotos también vino a felicitarme efusivamente y yo que todavía estaba en estado de shock, pues lo estaba viviendo intensamente todo.
Yolita de Sestao felicitándome y yo venga a llorar a moco tendido, jajaja.... Foto de Yolita.

Otra vez mis amigos Iñaki G. y Pablo Daniel M. me volvieron a felicitar  además de Roberto Garay que fue el ganador en categoría absoluta masculina y estuve charlando con él sobre lo que significaba ésto para mí y me recomendaron entre todos que me fuese a duchar y cambiarme porque me estaba enfriando y me iba a poner mala, así que llorando me fui a la mesa para recoger mi bolsa de corredora con los obsequios que la organización daba y me dirigí a las duchas temblando de la sorpresa y emoción de esta última noticia.

Me duché rápidamente y estuve hablando con otras mujeres que estaban allí sobre la carrera y a ver qué tal les había ido a ellas, y casualmente estuve hablando con la primera clasificada de la general y veteranas, con lo cual la felicité muy alegremente y luego me dispuse a vestirme con ropa más abrigada para esperar el momento de la entrega de trofeos y el lunch que había preparado la organización para todos los corredores. Dejo la mochila con todo menos la cámara de fotos y el móvil,  en la taquilla de los vestuarios y salgo con la intención de incarle el diente a  algún pincho de los que había en el lunch, pero llegué tarde y se los habían zampado todos, jajaja.... Así que con el estómago vacío tuve que esperar.

Llega el importante momento de entrega de premios y un señor empezó a hablar y aunque no se le entendía mucho porque hablaba muy pegado al micrófono, sí conseguí oir mi nombre para que subiese al pódium.  En ese momento estaba con mi amigo Pablo Daniel M. a quién con las manos sudadas y temblorosas de los nervios le entregué mi cámara de fotos para que me sacase alguna.

¡¡Qué apuro pasé en el pódium!!  No podía parar de llorar y todo el mundo pendiente de mí.
Entro en la zona de pódiums y la gente empezó a aplaudirme con bastante contundencia y pensé para mis adentros: -A ver si consigo aguantarme y no llorar otra vez.  Se acerca a mí una representante municipal a darme dos besos y a ayudarme a subir a los fardos de paja que hacían de escalones, y me entrega un diploma por haber sido la 3ª clasificada en categoría veteranas de la carrera y 6ª mujer en la general y 147º en la clasificación general total.   Así que saludo al público, manteniendo el tipo a duras pena, pero de repente se empieza a oir a gritos mi nombre desde mi lado derecho diciendo: ¡¡¡¡Aupa Yolanda, egurreeeee!!!!!  Miro y veo a mi amigo Edorta Fullaondo, sobresacando la cabeza entre la multitud allí agolpada y supuse que el resto de los que gritaban y vitoreaban mi nombre eran Zendoa, Julen, Carlos y otros más que conocí hace un mes en un entreno-presentación de esta carrera.  Entonces todo el mundo empezó también a gritar mi nombre y a aplaudir más intensamente si cabía.  Me vine abajo y rompí a llorar de nuevo tapándome la cara del apuro que me daba pero también de la inmensa alegría que estaba viviendo, diciéndome a mí misma "¡¡no puede ser, no puede ser!!", pero sí podía ser, es más, estaba pasando y aquella emoción sé con toda seguridad que no se me va a olvidar el resto de mi vida.
¡¡¡Mi diploma!!!

Luego subió la ganadora, Maribel Santamaría a recoger su merecido trofeo como primera clasificada en veteranas y allí nos saludamos con mucho cariño y nos hicieron las fotos pertinentes los de la organización, aunque mi amigo Pablo Daniel también estaba allí currándose unas fotos para la posteridad.

1ª y 3ª clasificadas en categoría veteranas.
Después vino el pódium de veteranos masculinos y de absolutas femenino donde estaba mi reciente amiga del facebook Leire Martínez que también se emocionó un montonazo al recibir el trofeo a la primera clasificada de la carrera Serantes Igoera.  Otra que lloró lo que no está escrito, jajaja.... A poco más y tienen que llamar los de la organización de la carrera a Protección Civil para evacuarnos a todos del barrio de Mamariga por inundaciones, jajaja....  ¡¡¡Es que las arquetas de las alcantarillas ya no daban más de sí con tanto caudal lagrimero!!! jajajaja....  Pero todo quedó en un susto y al final no hubo evacuación, jajajaja....
Leire Martinez totalmente emocionada con
su merecido trofeo de la VI Serantes Igoera.

Pódium absoluto femenino. 1ª Leire Martinez;
2ª Angela Tejedor   y 3ª Rocío Irigoyen

Finalmente, llegó la hora de premiar en la categoría absoluta masculina a los tres primeros corredores, entre los que estaba mi amigo Javier Lozano a parte de Roberto Garay y otro chavalito más joven.  De nuevo los aplausos fueron atronadores para los tres corredores.  Fotos y felicitaciones y la organización dio por finalizada esa 6ª edición de la Serantes Igoera agradeciendo a todos los voluntarios y corredores su buena disposición aquél día.

Roberto Garay, proclamándose ganador de esta edición
de la Serantes Igoera, Javier Lozano en 2ª posición y 3ª
posición para Aritz Ruiz.
Pude sacarme una foto con Roberto Garay, que además de tenerlo recientemente de amigo en el facebook, voy a compartir en un futuro un proyecto de equipo de trail en Uribe Kosta en el que seremos si Dios quiere compañeros de equipo.

Roberto Garay y servidora con sus respectivos premios de la VI Serantes Igoera.
Clasificación VI Serantes Igoera.
La vuelta hacia casa la hice acompañada por mi amigo Pablo Daniel que se quedó hasta el último momento conmigo, ya que los demás se tuvieron que ir antes.

Fuimos dando un paseo muy tranquilo desde Santurtzi hasta el Puente Colgante para allí despedirnos hasta la próxima carrera en la que coincidamos.

Después de visto lo visto, si cada vez que voy a participar en una carrera tengo una terrible pesadilla la noche anterior y luego el resultado es tan positivo, ¡¡¡Bienvenidas sean las pesadillas a mi vida!!! jajaja....

GRACIAS Y FELICIDADES A TODAS  LAS PERSONAS DE LA ORGANIZACIÓN DE LA SERANTES IGOERA POR HACER UNA CARRERA CON TANTO MIMO Y DEDICACIÓN PARA EL DISFRUTE DE TODOS LOS APASIONADOS POR LAS CARRERAS DE MONTAÑA.  EL AÑO QUE VIENE AMENAZO CON VOLVER, JAJAJA.....  ¡¡UN ABRAZO A TODOS!!

Hoy peso: 58,8 kg.




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