sábado, 20 de julio de 2013

ENTRENO CON FELIPE LARRAZABAL

Ayer, mientras hacía mi último entreno de la semana, me llamó mi primo Felipe Larrazabal.    Bueno, en realidad es primo de mi marido, pero como él me llama a mí "prima"  pues yo lo considero igual a él.  

A lo que iba.   Me llamó y me preguntó si íbamos a ir a su casa a comer y pasar el día como solemos hacer algunos fines de semana durante el verano y le dije que sí.  Entonces me dio una sorpresa que no me esperaba, jajajaja.... porque me propuso que fuésemos al Ganekogorta a echar unas carreras en plan entreno tranquilo y yo, claro, no pude ni quise negarme, jajaja.... pues las dos veces anteriores que he ido con él al monte, una vez al Gorbea y otra al Eretza, lo he pasado fenomenal y he disfrutado mucho de ir acompañada por él porque me da seguridad y tranquilidad mientras discurrimos por la naturaleza montañosa.

Total, que quedamos para el día siguiente y me dijo que llevase ropa de correr y zapatillas de trail.

Hoy sábado, después de pasar una parte larga de la noche sin dormir, para no variar, por las ganas de que llegase el momento de realizar el entreno, he desayunado, preparado todas las cosas que tenía que llevar para correr por el monte y el resto de artilugios que llevamos para pasar el día en el caserío de mi primo.

Según hemos llegado a Okondo, hemos saludado a toda la familia de mi primo, mis suegros que también estaban allí y pasados unos momentos ha bajado Felipe arreglado como para las mejores ocasiones y me ha dicho: -"Venga, vamos".   Nos hemos montado en el coche y mientras íbamos por la carretera de San Román hasta el barrio de Ugalde, me ha dicho mi primo que a ver si me apetecía en vez de el Ganeko ir al Gallarraga, pues él sabía que yo había subido una vez al Ganekogorta en solitario desde la Ermita de Santa Lucía.  Yo, un poco agobiada, le he preguntado si ese monte no era demasiado técnico y difícil para mí, pues visto desde muchos flancos, se ve que tiene una pala con una pendiente totalmente prohibitiva para mis facultades físicas.  Y me ha contestado que si al Ganeko ya había ido, lo bueno sería ir al Gallarraga porque no había estado antes y que no me preocupase que estaba seguro que lo iba a hacer muy bien.


Así, que al final hemos decidido ir al Gallarraga, aunque yo tenía mis dudas sobre si iba a poder superar esa gran pendiente que acongoja viéndola desde lejos.  Parece un monte muy puntiagudo y que en la cima solo puede haber una cresta muy estrecha con el consiguiente peligro de caer al vacío.

Hemos seguido el transcurso de la carretera hasta llegar al caserío Landeta desde donde pensábamos arrancar el entreno, pero nos hemos encontrado con varios coches aparcados por allí, y después de saludar a unos cuantos vecinos del barrio hemos avanzado un poco más para dejar el coche un poco más arriba y así iniciar el entreno de hoy.

Una vez fuera del coche hemos puesto nuestros relojes-pulsómetros a funcionar y hemos arrancado a correr suave, suave.  Felipe me iba diciendo que iría tranquila, a mi paso, que él no había entrenado nada esta semana después de la maratón de la Galarleiz y que no quería que me agobiase por ir rápida y que disfrutase del paisaje y del trote por el monte.  Le he hecho caso y hemos ido corriendo suavemente por unas pistas muy chulas con mucha sombra, lo cual se agradecía con el día de calor que ha salido hoy, y pasados unos minutos hemos llegado a la base del Gallarraga.    Nos hemos parado y me dice mi primo: - Bueno, ahí está el Gallarraga ¿qué te parece? y yo le he dicho que bueno, ya que estaba allí, no pensaba en quedarme con las ganas de subir hasta la cima.   Así que desde ese punto hemos ido subiendo a un buen paso y yo sin despegarme ni medio metro de él, que seguro que llevaba un ritmo muy bajo para que le pudiese seguir, jajaja....

Hemos elegido para subir la zona del cortado desde la cual mirando hacia la derecha se ve el Ganekogorta y el Pagero en primer término. 

La ascensión se me ha hecho muy entretenida e incluso divertida pues había algunas piedras sueltas por la ladera en forma de lonchas que pisándolas se te iban un poco los pies hacia los lados o hacia atrás, pero que en ningún momento me ha dado sensación de peligro ni agobio por caerme rodando pala abajo cual bicho bola, jajaja.....

Felipe, iba pendiente a cada momento de mí y me preguntaba a ver qué tal iba y yo le decía sorprendida que mucho mejor de lo que esperaba.  No estaba sintiendo que estuviera haciendo un esfuerzo exagerado e iba disfrutando del paisaje fabuloso que nos rodeaba mirase para donde mirase.

Al  cabo de unos minutos hemos llegado a la parte alta de la pala y mi primo me ha dicho, ¡¡ala, dame la cámara que te voy a grabar!!   Yo se la he dado y le he dicho que ya desde allí me apetecía ir corriendo hasta el buzón de cima.   Y así ha sido.   He empezado a correr cual "cabritilla" por el cortado hasta llegar al buzón y hacer cima en el Gallarraga.  


Luego nos hemos sacado la foto de rigor en la cima mi primo Felipe y yo y después nos hemos dado un abrazo muy grande en plan alpinistas himalayistas cuando hacen cima en el Nupse, Lotse o Makalu, jajaja.... 


¡¡¡Qué emoción, he subido al Gallarraga sin morir en el intento y disfrutando un montón con la ascensión y de la compañía de mi primo!!!

Después hemos descendido la pala y hemos vuelto por donde habíamos subido, bajando corriendo ya con algo más de velocidad en cuanto hemos entrado en pista forestal.





 Un día formidable de montaña, running y con una compañía que para mí es un lujo.  La compañía de mi  primo Felipe Larrazabal.  Hoy peso 60,9 kg.

¡¡¡Gracias de todo corazón, Felipe!!!










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