Hoy
he participado en mi quinta carrera del año pero primera carrera de montaña en la II Amurrio Trail
Lasterketa. Gracias al club de Amurrio
Trail, he podido apuntarme y disfrutar de una carrera en versión “popular” que
han preparado para que la gente que nos estamos iniciando en este fabuloso
mundo del trail running tengamos la oportunidad de vivir la experiencia.
Como
de costumbre, la noche anterior me ha resultado bastante difícil dormir, por no
decir imposible, y no por nervios propios de la carrera sino por las ganas que
tenía de que llegase el momento de la carrera.
He
desayunado un desayuno con fundamento para ir con bien de energías al evento
deportivo, me he vestido con todos los bártulos que he creído necesario llevar
y a las 7:45 a. m. he salido de casa,
destino Amurrio.
Una
vez allí, he recogido el dorsal y el chip de control en una carpa en la plaza
del pueblo y luego he saludado a varios amigos del facebook que andaban por
allí.
El
momento de la salida se acercaba y las pulsaciones iban subiendo poco a
poco. De las 63 p.p.m. que tenía una
hora antes del inicio de la carrera he pasado a 87 p.p.m. a 20 minutos de
comenzar la carrera.
He
calentado un poco las piernas, haciendo estiramientos y todo lo que procede en estos casos.
A
las 9:25 a.m. ya estábamos todos los
corredores, tanto los de la carrera larga como la corta metidos en un redil
cual ovejitas escuchando las últimas recomendaciones y explicaciones del
reglamento a cumplir y yo me he puesto como una moto y he empezado a saltar y a
bailar en plan “samba brasileira”, jajaja…. Es que ya no me podía aguantar más
las ganas de salir “pitando” y además con esto de los nervios se me afloja todo
y me entran ganas de hacer hasta un pis, jajaja… Pero me he contenido todo lo que he podido y
cuando han dado las 9:30 por el reloj del Ayuntamiento de Amurrio, han hecho la
cuenta atrás y ya no he querido mirar el reloj-pulsómetro para no asustarme con
las pulsaciones, pues seguro que pasaban de 100 con creces, jajaja….
Como
me he situado en la parte trasera del grupo de salida para que no me atropellen
todos los “pros”, he salido dosificando lo máximo posible para no quemarme en
los primeros metros, pero aún así las pulsaciones han dado un subidón de unas
115 a 150 aproximadamente en poco tiempo y me he empezado a preguntar si
acabando de iniciar la carrera estaba así, ¿qué sería de mí en cuanto empezase
a subir pendientes con todo el barro que iba a haber y todo el esfuerzo que iba
a tener que hacer para no descalabrarme monte abajo? Esos pensamientos se me han esfumado por unos
momentos cuando me iban pasando algunos conocidos con los que entre jadeo y
jadeo lograba cruzar algunas palabras de ánimo mutuo.
La
carrera ha estado literalmente llena de barro a raudales y para exportar por
todo el recorrido, lo que ha hecho que la dificultad para transitar por él se
halla incrementado en un tanto por ciento bastante grande, por lo menos para
mí, jajaja…. Pero ya que estaba allí, no
iba a tirar la toalla para nada y me he concentrado en correr todo lo que el
barro permitía correr y no morir en el intento, jajaja….
Todo
el recorrido estaba muy bien señalizado y el miedo inicial que tenía con el
asunto de perderme en medio de la niebla y toda la vegetación ha desaparecido
cuando he visto que era muy difícil perderse pues había cintas colgadas de las
ramas de los árboles cada 50 o 60 m., así que he disfrutado del recorrido con
algún esfuerzo extra por la zona del Paso de los Contrabandistas que era
bastante abrupta y había unos terraplenes bastante acusados en los que si dabas
un traspiés te ibas por lo menos 20 o 30 metros rodando hacia abajo, fijo,
jajaja….
Un
paso crítico para mí ha sido tener que atravesar una manada de vacas y terneros
que estaban tan tranquilos mirando como sólo pueden mirar ellos. “Como las vacas al tren”, jajaja…. Y he pasado mirando de reojo para no
perder ningún detalle de una posible arrancada por parte de alguna de las
reses.
Iba
corriendo, trotando, andando…cuando de repente me ha parecido oir una música
celestial y me he dicho: ¿Y esa música?
Y al de poco, al coronar un alto, he visto el primer avituallamiento que
tenía incorporada una trikitritxa a modo de recibimiento a los que íbamos
llegando. Yo al ver aquello, me he
puesto a correr más rápido aún si podía y a bailar de alegría por llegar allí
con los ánimos a gritos de todos los voluntarios que había, fotógrafos,
acordeonista, una señora tocando los platillos con tapas de cazuelas, etc., y
mientras comía un poco de plátano, naranja y chocolate y me bebía un vaso de
bebida energética que me habían prácticamente puesto en la mano, ¡¡¡NO PODÍA
PARAR DE BAILAR Y DAR SALTOS!!! La
verdad, es que este avituallamiento ha sido “la bomba”, me ha puesto las
pilas, pero ¡¡a la de ya!!, jajaja…. Y
después de darles las gracias y despedirme de todos he salido disparada a tope
campa abajo mientras a mis espaldas todos me jaleaban diciéndome “aupa
neska!!!”, egurreeee!!!! y cosas por el estilo, con lo que me he sentido más
que motivada para continuar la carrera, aunque iba de las últimas. Pero ¿qué más me da? Si estoy feliz de la vida con vivir la
experiencia.
Sigo
transcurriendo por el camino que a veces se ponía un poco más difícil al haber
piedras sueltas mezcladas con el barro, pero con un poco de tiento, lo he ido
solventando bastante bien.
De
repente ¡¡oh, noooo!! Tenía que pasar
entre un rebaño de cabras y cabrones y ahí se me ha vuelto a bajar la moral
porque le tengo bastante respeto o más bien miedo al ganado tanto vacuno como
ovino. Y he pasado vigilando que ninguna
cabeza con cuernos amenazantes me amochara de ninguna manera.
Resuelto este paso, he seguido corriendo por pistas con buena señalización llegando a un segundo avituallamiento en el cual un volutario muy amable me ha atendido perfectamente.
Resuelto este paso, he seguido corriendo por pistas con buena señalización llegando a un segundo avituallamiento en el cual un volutario muy amable me ha atendido perfectamente.
Cuando
se cumplían 1h 39m. he enfilado ya el
último kilómetro hacia el pueblo con una sensación de satisfacción muy grande
de poder acabar la carrera sin haberme lesionado y con el recuerdo musical del
avituallamiento primero.
Llegada
a meta en 1h 44m 32sg. Más que contenta,
contentísima con mi primera participación en esta edición 2ª de Amurrio Trail
Lasterketa. El año que viene, espero
repetir en esta fabulosa carrera.
¡¡GRACIAS AMURRIO TRAIL!! Hoy peso 63,3 kg.
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