miércoles, 18 de junio de 2014

9ª KOSTA TRAIL (15/6/2014)


Este domingo pasado corrí por primera vez la Kosta Trail.  

Se trata de una carrera solidaria que recauda el dinero de las inscripciones para destinarlas a la Fundación Vasca de Esclerósis Múltiple Eugenia Epalza, que auna monte, asfalto, acantilados, playas y bosques.  Es una carrera que se prepara con mucha dedicación y mimo para ir mejorándola y renovándola año tras año.

Cartel de la carrera.



Por la mañana desperté temprano y antes de tiempo como siempre que tengo una carrera.  Con mucha ilusión y a la vez dudas sobre si sería capaz de acabarla desayuné con fundamento y me vestí con la ropa de correr.  Tampoco quise darle muchas vueltas al tema para no abobiarme demasiado pensando en la distancia y en el desnivel, pero tenía claro que seguramente tocaría sufrir un poco y más teniendo en cuenta que nunca he hecho esa distancia del tirón ni siquiera en entrenos.
Desayuno extra de energías.
Salí de casa a eso de las 8:15 para subir a la plaza del ayuntamiento ya que había quedado allí con un amigo para darle su dorsal, que se lo recogí el día anterior en Forum Sport mientras colaboraba un poco en las labores de reparto de dorsales.

Encuentros con muchos amigos, charlas, risas y fotos como no podía ser de otra manera, jajajaja....  Estos momentos previos me gustan mucho porque me reencuentro con personas que en algunos casos sólo las veo en las carreras y me hace especial ilusión volver a encontrarme con ellas.  Se crea un vínculo amistoso muy bonito, la verdad.


Con mi amigo desde la Costa Quebrada, Raúl Puerta. ¡¡¡Menudo cariño
nos hemos cogido mutuamente desde la primera vez que coincidimos!!!


Con mis amigos Jose Miguel y May.

Foto graciosa todos al mogollón con Aitor Fdez., Iñaki Gtrez., Josean Guzman, Alberto Fdez., Aitor Fontanes, Imanol Montiaga, David Oroquieta  y Jose Miguel Corcuera.


Foto de equipo:  Iñaki Gtrez., David Oroquieta, Aitor Fdez., Borja Basterrechea, yo, Imanol Montiaga, Aitor Fontanes (Pura vida) y Josean Guzman y Alberto Fdez.

Con mis amigos Roberto  Garay y Katia Merino antes de la carrera.
Poco a poco va pasando el tiempo y al final llega la hora de la salida de esta 9ª edición de la Kosta Trail y mi primera participación en ella.  

Como ya le dije a Nùria Picas el día anterior durante la charla que nos dio en el Aula de Cultura de Sopela, tenía la intención de ponerme en primera línea de salida para que me hiciese de liebre ya que ella tenía el dorsal 7 y yo el 8, jajajaja.....


Así lo hice, jajaja.... Con toda mi jeta!!!  También saludé a Miguel Angel Heras.  Luego se me pusieron algunos por delante, pero creo que en alguna foto ya saldré, jajaja...

Falta ya muy poco para dar comienzo de la Kosta Trail.
Se dio el pistoletazo de salida y claro,  ¡¡¡cómo no!!! Salí a toda mecha porque si no, me pasaban como apisonadoras por encima todos los que venían por detrás mía, jajaja....

El primer kilómetro y medio aproximadamente es asfalto y claro, allí la gente se quería ya posicionar en la carrera.


Tuve la oportunidad de aguantarle a Nùria Picas durante 2 minutos pegada a ella, aunque en la salida le llevé la delantera durante unos 400 metros, jajaja.... ¡¡¡Y yo toda emocionada!!!


Y le decía a Nùria a grito pelado mientras subíamos por la carretera de acceso al desvío para ir a la pista que va hacia el Munarrikolanda: "No te me escapes Nùria que ayer quedamos en que me hacías de liebre, eeeeehhhh" jajaja... Y ella partiéndose de risa, jajaja....


A Miguel Angel Heras lo vi pasar pero luego a la llegada me enteré de que se tuvo que retirar. Venía de correr en su pueblo una carrera de 100 km. el día anterior y claro, como persona humana que es venía cansado, pero quiso no faltar a esta cita de la Kosta Trail.


Después de salir escopetada en ese primer kilómetro y pico, recordé lo que tantísimas veces me dice mi amigo Pablo y tantísimos amigos más.  Eso de empezar de menos a más y cuando afronté el inicio de la pista de hormigón para acceder a la zona de monte, ahí me lo tomé con más calma y fui subiendo al trote sin apretar a tope, sabiendo todo lo que me quedaba por delante.


Subiendo los primeros metros por terreno natural, fui a ritmo constante y en algún momento pude pasar a algún corredor.  Aunque a mí me pasaban muchos más, jajaja...


Yo no me quería agobiar pensando en los que me pasaban, ya que era normal que saliendo desde adelante del todo, me pasase un montón de gente.


Yo fui a lo mío y me centré en la carrera.  Donde podía correr, corría.  Donde no podía correr, trotaba o caminaba y así hasta llegar a la cima del Munarrikolanda tras pasar el bunker que está situado junto a ella.


Muy contenta porque me veía bien y sólo iba sufriendo lo justo que implica el comienzo de una carrera hasta que todos los baremos se estabilizan.


Luego tocó bajar por las zonas perfectamente marcadas y en las más técnicas y conflictivas había gente avisando del peligro y carteles extras poniendo "desnivel peligroso" y fui bastante ligera bajando, la verdad.


Pero a la altura del kilómetro 6 aproximadamente y justo antes de llegar al primer avituallamiento donde estaba mi marido, en una de las bajadas que tenían surcos, huecos y piedras en el suelo, me torcí el tobillo izquierdo.  Tuve que parar casi en seco, pues me dolió bastante y me asusté de pensar que me podía haber hecho una avería.


Me vine un poco abajo anímicamente de pensar que a lo mejor tnía que abandonar la carrera si aquello empeoraba.   Las lágrimas asomaron a mis ojos por la rabia que sentía en aquél momento.   No podía creer que después de pasar tantas veces entrenando por aquellos andurriales sin demasiados problemas ni sustos y conociéndome casi de memoria hasta las piedras, ramas y agujeros del camino, justo el día de la carrera tuviese tal contratiempo.  Me enfadé conmigo misma mucho por comprobar lo torpe que fui.


Luego también me enteré de que hubo varios casos de esguinces e incluso un amigo mío se dio un tremendo golpe contra un árbol y se debió de hacer mucho daño en las costillas.


Llego al primer avituallamiento y como había aprovechado para avisarle a mi marido de que llegaba mientras había bajado un poco el ritmo, me pudo sacar unas fotos.



Llegando al primer avituallamiento. Foto de mi marido.

Allí, mientras llegaba, aceleré un poco el paso para que no se me notase mucho que iba fastidiada, saludé y sonreí para disimular.  Aunque por dentro llevaba la preocupación de no saber cómo evolucionaría la torcedura.  Bebí bastante líquido y rellené el botellín.  Le comenté a mi marido lo que me había pasado pero el pobre estaba tan liado con el tema del avituallamiento que no sé si mi escuchó o me dijo algo, jajaja....  Bastante tenía él con atender allí a todos los que llegábamos.


Luego me fui al trote y pensé en llegar al siguiente avituallamiento, que se encontraba en el km  10 y allí decidir si seguir o no en la carrera según viese las sensaciones que me mandaba el tobillo.


También fui muy atenta de beber y de comer en cada avituallamiento.  Llevé 3 geles y dos barritas energéticas en total aunque había geles y barritas energéticas en dos de los avituallamientos. Me tomé el primer gel cuando se cumplió una hora de carrera. 


Luego, según iban pasando los km. parecía que el dolor iba menguando poco a poco y pude apretar un poco más el ritmo.


Llegué al 2º avituallamiento y comí 5 trozos hermosos de plátano, 3 trozos de naranja, agua y 4 onzas de chocolate que cogí mientras me alejaba para encarar la 2ª parte de la carrera por llamarla de alguna manera.


Para mí, la primera parte del recorrido era todo el Munarrikolanda hasta llegar a Berango.  La segunda parte la consideré desde Berango a Plentzia.  Y la tercera parte la que va de Plentzia hasta Sopela y meta.


Como habían anulado la bajada a la playa de Azkorri por la peligrosidad que había de desprendimientos, nos metieron por unos senderos muy chulos del pinar atlántico de la parte alta de la playa de Azkorri.


Saliendo de los pinares estaba mi amiga Estrella y el marido de mi amiga Katia sacando fotos y me retrataron ambos.  ¡¡Qué suerte!!



Foto cortesía de mi amiga Estrella Mata.


Foto cortesía de Jon (marido Katia).

Luego salimos a una carretera en la que nos juntamos con parte de las marchas de montaña.  Cuando me acercaba a ellas, les decía:  "tilín-tilín, que va una de la carrera" y la gente me abría paso sin ningún problema.
Foto cortesía de Kepa Intxaurza.

Después, ya tocaba bajar a la playa de la Salvaje desde el acantilado y por una ladera lateral en la que hay un minúsculo caminito de cabras por el que descender.  Atravesé la playa por la arena húmeda y subí por el otro extremo de la playa a través de un senderito que subía por otra ladera y que daba a los aparcamientos de dicha playa.  Allí estaba el tercer avituallamiento líquido esta vez.

Vi que el tobillo no se me había hinchado ni nada, aunque me molestaba un poco de vez en cuando, por lo que pensé que al final, después del susto y del agobio inicial, podría seguir en carrera e intentar acabarla.


A la altura de la playa de Arrietara tuve que hacer una parada técnica de emergencia, jajajaja.....  Necesitaba ir al wc como alma que lleva el diablo, para soltar lastre, jajajaja.... Eso de querer y no poder, me impedía correr con alegría, jajaja.....


Correr por los acantilados fue muy guay, pues daba una buena brisa que yo aprovechaba para abrir los brazos en cruz y recoger todo el frescor que me daba en todo el cuerpo.  ¡¡¡Una gozada!!!


La bajada a la playa de Meñakoz, también había que hacerla con mucho cuidado pues era como una pared de piedra caliza picada y desmenuzada por la cual correr se antojaba un poco peligroso.  Vamos, que era una lotería el caerse por allí o no.


La bajé con decisión y sin mucho miedo, pues pensaba que si se me iba un pie hacia adelante, intentaría ir derrapando o surfeando sobre las piedras, jajaja...


En la subida de esta última playa le vi a Iñaki, un compañero de mi club, con su cámara Go-Pro, grabándonos a los que subíamos por allí, jajaja....  Era un sitio muy guapo, pues había que subir literalmente a 4 patas porque la piedra desmenuzada te hacía echar el cuerpo a tierra, jajaja.... Pero pude medio incorporarme mientras subía para poder saludarlo y darle la mando en señal de agradecimiento por los ánimos y por estar allí esperándonos a todos, jajaja....


Luego de vuelta a los senderos que discurren por los acantilados hasta llegar al avituallamiento sólido y líquido de Barrika, me rellenaron amablemente el bidón mientras comía varios trozos de naranja para reponer vitamina C.  Cogí una barrita energética y un gel.  Pero al incarle el diente a la barrita vi que era como un puñetero chicle con tropiezos, jajaja....


Un surfista que estaba por allí viéndonos pasar a los corredores, cuando me vio, se empezó a partir de la risa porque iba yo jurando en arameo por culpa de la barrita ya que se me había pegado a los dientes, jajaja.... Y delante de él la tuve que escupir todo lo que pude para quitármela de dentro de la boca, jajajajaja.... Casi me atraganto con la barrita de las narices, jajaja....


A beber agua a saco para quitar el sabor y despegar los trozos por mi boca diseminados, jajaja...


Menos mal que llevaba yo dos barritas de casa por si las moscas.  Me comí una de muesli con chocolate que me supo "a teta", jajaja...


No fui muy pendiente del reloj para no abobiarme, pero sabía que si no llegaba al último avituallamiento de Plentzia antes de las 13 horas, no me dejarían seguir en carrera pues allí habían establecido el corte máximo de tiempo de paso.


Al pasar la zona de acantilados de Barrika que llega a la bahía de Plentzia, nos metieron por un bosquecillo muy chulo por el cual había que ir con cuidad de no tropezar con las raíces de los árboles y con sus ramas retorcidas.  Era como un bosque de cuento.  Sólo faltaban por allí los Pitufos correteando, jajaja....

Foto cortesía de Jonathan Vegas.

En aquél momento fui con un chico al que alcancé y que iba hecho polvo el pobre. Ya había tenido alguna caída y todo por lo que me contó.  Le animé a que fueses trotrando suavemente conmigo, pero me dijo que no podía, que tirase yo para adelante.  Finalmente tras ir un ratito juntos hablando, nos deseamos suerte y me fui.

También pasé a algún otro corredor que ya iba tocaddo. Uno que llevaba zapatillas minimalistas de ésas que no tienen casi suela.

Cuando salí del bosquecillo aquél, vi con alegría que iba a poder llegar antes del corte de las 13 horas de Plentzia.  Me alegré mucho pues no confiaba en mis posibilidades de poder conseguirlo.

Cuando se cumplían las 3 horas y 33 minutos aproximadamente, siendo en aquél momento las 12:33 h. llegué al último avituallamiento y dentro del plazo que habían dado.   ¡¡¡Qué ilusión me hizo, podría seguir en carrera para volver  a Sopela!!!

Bebí todo lo que pude, me refresqué echándome un poco de agua por encima y mojé bien el buff para ir refrescándome durante el resto del recorrido.  Ya sólo quedaban 5 kilómetros para llegar a meta.

A unos metros del último avituallamiento había unos cuantos animando a unos amigos suyos y cuando me vieron a mí se pusieron como locos a animarme también, jajaja... ¡¡Qué bien me vino!!  Les saludé a todos y les agradecí los ánimos.

Las piernas ya empezaban a notar el paso de los kilómetros desde hacía unos kilómetros atrás, pero a pesar del cansancio inevitable, la ilusión que tenía por acabar la carrera pesó más y tiré para adelante como pude.

Sabía que los kilómetros atrás corridos, trotados y caminados me irían pasando factura, así que esta última parte de la Kosta Trail me la tomé con relativa calma pero sin relajarme en exceso pues pensé que cuantos acabase la carrera mejor para mí para no demorarme mucho más.

Me tomé un tercer gel y bebí bien de agua para pasarlo y afrontar los últimos kilómetros.

Desde este último punto de Plentzia, el trazado de la carrera transcurre unos cientos de metros por asfalto y luego se vuelve a meter por terreno natual con bien de sombra por el que pude trotar en algunos tramos y en otros inevitablemente caminar debido al cansancio y a que el terreno era un poco irregular aunque no tenía mucha denivel positivo.

Cuando salí del bosquecillo aquél, a la altura del km 27,5 me di cuenda de que estaba a punto de acabar la carrera.

La emoción y las lágrimas volvieron a mi corazón y a mis ojos.  Estaba asimilando de que sí, que era posible que fuese acabar la carrera y de que había sido capaz de hacer esa distancia que tanto respeto me daba.

Tuve que contenerme y centrarme en mis pasos rápidos según me iba acercando a Sopela, aunque el ritmo tampoco era para echar cohetes, pero no me preocupaba realmente.  Me quedaban los últimos 2 km de carrera.   Iba a conseguir acabar la Kosta Trail y eso para mí era muy importante a nivel anímico y gratificante del todo en el plano personal.

Cuando pasé por el parque Iturrieta, más conocido como el parque de la ballena por su estanque central de donde emerge una cola de una ballena, ya aceleré el paso y apreté al máximo que pude para enfilar la carretera y ver a unos 200 metros el arco de meta.
Parque Iturrieta "de la ballena".
Me desenrosqué el buff de mi equipo totalmente mojado de la muñeca y lo cogí por un extremo empezando a agitarlo con alegría desbordada e incluso con una especie de rabia interna sabedora de que le había ganado la batalla al miedo que me daba la distancia de esta carrera.  Levanté los brazos riendo y con las lágrimas empañándome la vista totalmente.

Cuando me quedaban unos pocos metros para cruzar a meta, dijeron mi nombre por megafonía y rompí a llorar de emoción, alegría y satisfacción desbordada por haber logrado acabar la carrera y por fin pasé el arco de la meta.


La llegada a meta fue para mí un sueño hecho realidad.
Llorando de alegría y rabia a la vez por haber luchado tanto por acabarla.
Desinfle total al llegar a la meta.   ¡¡¡¡¡Lo había conseguido, acabé la Kosta Trail!!!!!


Los aplausos de la gente que por allí había me hicieron no parar de llorar, aunque sabía que era posíblemente de las últimas en llegar, pero eso a mí realmente no me importaba en absoluto.   Me debía a mí misma ese disfrute final de carrera.

Enseguida vino gente a felicitarme y yo venga a llorar y a abrazarme a todos. 

Mientras, mi marido y mi amiga Estrella estaban retratándome en aquellos momentos mágicos llenos de emoción en la que me vino a saludar efusívamente un chico cántabro con el que coincidí en la Costa Quebrada, también vinieron a felicitarme los del club y más amigos.


Varios felicitándome.
Felicitación de mi amigo cántabro Raúl Puerta.
Luego busqué a mi marido entre el tumulto de gente y también nos dimos un abrazo muy largo y me dijo que lo había hecho muy bien, que él no hubiese acabado la carrera ni loco.  También saludé a mi amiga Estrella que fue en plan reportera fotográfica.

Desde luego que ésta será otra de las carreras que no olvidaré jamás en mi vida por todo lo que ha significado para mí a nivel personal y sobre todo en el plano de la autoconfianza.

Gracias a todos los conocidos y amigos que me animaron antes y durante la carrera y a los que me vinieron a felicitar al terminarla.

Gracias a Forum Sport por organizar tan estupendamente bien esta fabulosa carrera de la Kosta Trail, así como a todos los voluntarios de los avituallamientos, cruces y zonas de peligro que hicieron su trabajo magistralmente.

No me extraña que cada año se superen las expectativas de participación.  Se nota que preparáis esta carrera con mucho cariño y muchísima dedicación y entrega por hacerlo lo mejor posible.   Además este año he tenido la suerte y oportunidad de  poder aportar mi pequeño granito de arena en este evento deportivo y estoy deseando de volver a hacerlo en la siguiente edición, así que contad conmigo para lo que haga falta.




Hoy peso: 58,8 kg.

2 comentarios:

  1. Raul Puerta Herrera11 de julio de 2014, 14:24

    Raul Puerta.
    Hola Yoli que tal Txapelduna.. Lo primero decirte que yo no soy muy dado a escribir en foros ni cosas de esas, pero un amigo me dijo que tenias un blog y que habias hecho una mencion dandome las gracias y cosas de esas, estonces entre en y lo vi. Jejejee eres una crack,,, que co;o gracias ni naa, yo solo te daba animos y abrazos xq pense que estabas soltera jajajajajajajajajajajaajajajaj enserio si todos te damos cari;o sera xq los mereces.
    x cierto yo no soy tu amigo Cantabro,,, si acaso sere tu amigo Vasco residente en Cantabria jeejejjjeej. Que soy de Astrabudua con el corazon dividido Bueno maquina que no dejes de ser como eres. Una chica timida e introvertidau un Fuerrte abrazo

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  2. Aaaaaaayyyyy.....Raúl!!!!!! ¡¡¡No sabes la ilusión que me ha hecho el que me escribas por aquí!!! Tengo la pena de no haberte pedido una dirección de correo electrónico para mandarte las fotos que nos sacamos antes y después. Y como veo que no tienes facebook, pues estoy en ascuas contigo, jajaja.... Que sepas que te he cogido mucho cariño y aprecio sin casi conocerte. Eres de esas personas que desde la primera vez que las veo, digo: ¡¡Qué guay!! Espero poder volver a encontrarme contigo algún día en alguna carrera más. Y desde aquí te animo a que te abras una cuenta en el facebook, para que podamos ser amigos. Gracias a Gorka Arranz Tagarro que me dijo que te conocía, igual es por lo que te has podido poner en contacto conmigo. Un abrazo muy grande y un beso lleno de cariño, Raul.

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