domingo, 15 de marzo de 2015

Parcial de la XXVII Marcha Cicloturista Bilbao-Bilbao 2015.

Hoy he salido a andar en bici.  El día ha amanecido bastante frío, lluvioso y con algo de viento, pero aprovechando que hoy se celebra la XXVII Marcha cicloturista Internacional Bilbao-Bilbao, me he decidido a hacer parte del recorrido por mi cuenta y riesgo.


Ayer por la noche hablaba con mi amigo Pablo, para concretar por dónde nos podríamos encontrar y hacer un tramo de la marcha juntos.  Al final quedamos en Urduliz.  Yo hice mis cálculos para aproximar la hora del encuentro con él en el punto concretado.


A primera hora, he salido de casa para ver pasar a los ciclistas por la carretera BI-634, a la altura de la nueva rotonda que está bajo la pasarela peatonal que va hacia las playas, en Sopela.  He saludado a algunos conocidos, pero de Pablo, nada de nada.   Entonces, a eso de las 8:55 me he dirigido hacia Urduliz, al punto que habíamos concretado y he estado allí desde las 9:10 hasta las 9:45 esperando a mi amigo.  De nuevo me he encontrado de pasada con algunos amigos y conocidos que me han saludado gritando mi nombre, jajaja.... A algunos me ha dado tiempo a saludarlos, pero a otros, como a mi amigo Alex, los he saludado retardadamente ya que había grandes pelotones de ciclistas y era difícil diferenciar a unos de otros con los atuendos deportivos.  Pablo tampoco ha aparecido esta vez y viendo que me estaba quedando helada de frío de estar allí quieta, aunque de vez en cuando he estado dando pequeños saltitos y estirando las piernas, he decidido ponerme en marcha yo también.
  


Me he incorporado en el tropel de ciclistas y he ido avanzando camino de la carretera de Unbe con cuidado de no cruzarme a nadie y provocar una caída en masa, jajaja.... ¡¡¡¡Es una pasada ir en pelotón, me sentía que estaba como en el Tour de Francia o cualquier otra carrera ciclista de renombre, jajaja....!!!!

Cuando ya estaba inmersa en esta carretera mencionada, he mirado como muchas otras veces por mi espejo retrovisor y en una de éstas he visto un chubasquero naranja que podría ser Pablo.  Pero también he pensado que tal vez no sería, pues chubasqueros naranjas, amarillo fosfo, fucsia y de todos los colores imaginables había a decenas.  Pero según se iba acercando cada vez más ese ciclista que se me hacía conocido, cada vez lo veía más claro que se podría tratar de Pablo.  Al final se pone a mi lado, lo miro, y  ¡¡¡sí es Pablo!!!  ¡¡¡Qué alegría me ha dado!!!  Daba por perdida la oportunidad de encontrarme con él después de ver pasar a tantísimos ciclistas como había visto.  Le he chocado la mano y hemos ido charlando un buen rato mientras circulábamos por la sinuosa carretera de Unbe.  Luego él se ha ido adelantando poco a poco y yo aunque quería seguir su estela ciclista, por mi baja forma y por la cantidad de ciclistas que me iban adelantando, al final lo he ido perdiendo de vista entre la multitud.

Cuando he llegado al alto de Unbegana, allí lo he visto parado y me ha hecho una señal para que parase yo también.   Creía que se le había pinchado una rueda, pero no, como me había comentado anteriormente mientras compartíamos ruta, estaba yendo algo incómodo al haber subido un poco el sillín de la bicicleta y había decidido parar para solucionar el problema.  Hemos charlado un ratito, hemos bebido un poco y entonces le he dicho para darle dos besos y un abrazo porque intuía que después de esa parada, al volver a la carretera, lo volvería a perder de vista.   ¡¡¡Nos ha faltado hacernos la foto, me cago en la leche!!!

Luego hemos salido juntos desde ese punto de encuentro y poco más adelante él ha ido avanzando más rápido que yo y lo he vuelto a perder entre los cientos de ciclistas.

He seguido sola tranquilamente, aunque hoy precisamente, lo de sentirse sola era prácticamente imposible. 

Una vez salidos de la carretera de Unbe, nos hemos dirigido todos l@s ciclistas hacia Loiu, Asua, Derio y Zamudio donde estaba situado el punto de avituallamiento.  Ha caído un poco de granizo justo antes de llegar a este último lugar, pero lo hemos resuelto bien tod@s l@s ciclistas poniendo un poco de precaución.

Al llegar al Polígono del Parque Tecnológico de Zamudio, me he metido hasta la zona de avituallamiento sin intención de utilizarlo ya que iba por mi cuenta y no me parecería bien aprovecharme de un avituallamiento que no me corresponde.  Entonces me he desviado un poco y he querido pasar por un lateral de donde estaban los voluntarios repartiendo las bolsas con la comida.  Justo iba a pasar, cuando uno de ellos, no sé cómo ha estirado el brazo hasta mí y me ha dado la bolsa del avituallamiento.  La verdad es que no me ha dado ni tiempo a decirle que yo no iba de participante oficial en la carrera, ya que detrás mía venían más y más corredores y he tenido que tirar para adelante para no hacer tapón.

Total, que tenía una bolsa con una manzana, una barrita energética y una galleta de chocolate de Huesitos para mí.  Al final me he comido la manzana y las dos galletillas me las he guardado para más adelante, aunque yo ya llevaba mis tentempies.   Había también carpas con bebida energética y Coca-Cola, pero yo he bebido de mi bebida preparada que traía de casa.  Bastante culpable me sentía de estar comiendo de lo que me habían dado.  Pero bueno, también supongo que tendrían reservas de más por si las moscas.

En el receso, he ojeado por la zona a ver si le veía a mi amigo Pablo.  Pero al no verlo, he pensado que igual ni había parado o si lo había hecho, habría sido por poco tiempo, ya que no le gusta quedarse frío cuando está haciendo ejercicio y hoy, la verdad, el día no estaba como para quedarse parado mucho tiempo.  El frío, viento y la tremenda calada que llevábamos tod@s l@s ciclistas nos obligaba a salir "pitando" de allí para no coger más frío en el cuerpo del que ya traíamos con nosotros.

Le pido a un chico que estaba por allí que me sacase una foto para el recuerdo y de vuelta a la carretera dirección Mungia.


La ruta es un continuo sube y baja y había algunas bajadas brutales que se iba muy rápido, para después encontrarte de nuevo con una buena rampa de subida, jajaja....  Yo flipaba a colorines porque me entraban dudas de si podría aguantar esos cambios de desnivel y de ritmos.  Pero adecuando bien tanto los piñones como los platos de la bici, la verdad es que lo he podido resolver más o menos bien y además disfrutando un montón.

Por fin llegamos a Mungia y tras pasar por el centro del pueblo, he llegado a una rotonda con unos voluntarios y les he preguntado a ver si haciendo la rotonda hacia la izquierda podría dirigirme hacia Sopela o Plentzia y me han dicho que sí.  Así que éso he hecho.  He girado y me he incorporado a la carretera BI-631 dirección Plentzia y luego me he desviado por la salida nº 19 hacia la comarcal 2120 por la que he vuelto hacia  Gatika-Maruri, Bº Butrón y desde allí ya sin pérdida hacia Urduliz y luego a Sopela.

He llegado a casa después de estar 3 horas escasas dándole a los pedales.  Totalmente feliz de la ruta que he podido hacer y de ir en tropel ciclista.  Nunca antes lo había hecho y la verdad es que lo he disfrutado muchísimo pese a mi inexperiencia ciclista.

Congelada, sobre todos los pies, me he duchado rápidamente para entrar en calor y yo creo que del contraste del frío al calor, mis pies me han empezado a arder literalmente y me han salido unas rojeces bastante grandes.  Me he secado bien y me he echado un poco de polvos de talco para calmar esa quemazón tremenda.


Contentísima de poder andar en bicicleta durante más de 53 kilómetros con el día tan malo que ha hecho y sin padecer ningún contratiempo o accidente. 

2 comentarios:

  1. Yolan!! que alegría volver a leerte cosas de este estilo, da igual corriendo, en bici o como sea, mientras se disfrute. He estado apunto de hacer como tu, unirme en algún punto y hacer un tramo, pero viendo que el día no acompañaba nada no he querido arriesgarme a mojarme mucho. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Sergio!!!! La verdad es que a pesar del mal tiempo y frío, sorprendentemente he disfrutado muchísimo. Las subidas, las bajadas, los llanos, todo. Y lo mejor es que siempre he ido acompañada y algunos me animaban cuando estaba en pleno esfuerzo subiendo las rampas. Un ambiente fabuloso, de verdad. Un beso.

      Eliminar