lunes, 6 de octubre de 2014

SERANTES IGOERA 2014. (5/10/2014)

Llega una nueva edición de la carrera Serantes Igoera organizada por la Asociación de vecinos de Mamariga, el colectivo Amezti Taldea y Sugegorri Kultur Elkartea que son las que han recuperado una de las viejas tradiciones del Barrio de Mamariga de Santurtzi.
A estas alturas del año, estoy en un punto un poco delicado en lo que se refiere a motivación y ganas de entrenar.  Lo que empezó con mucha ilusión se ha vuelto como una especie de obligación autoimpuesta por mí de apuntarme a las carreras para "obligarme" a salir a entrenar.   Son muchos los amigos que me llevan avisando desde hace ya algún tiempo de que tengo que hacer un parón en cuanto a competiciones deportivas se refiere porque saben que ya no voy con la alegría que iba en inicio y que ésto se puede volver contra mí de tal manera que me haga dejarlo todo, no sé si definitivamente o no, pero apartarme de las carreras durante una temporada.

La cuestión es que aunque soy consciente de que tienen mucha razón estos amigos que tan bien me aconsejan, el problema de dejar de ir a carreras se puede tornar aún más complicado ya que si apenas saco ganas para salir a entrenar teniendo carreras a la vista a corto plazo, ¿de dónde voy a sacar la motivación para salir a correr diariamente sin un objetivo a la vista?   Ese es el quiz de la cuestión.   Voy notando un desgaste mental que me está haciendo perder la perspectiva y el recuerdo de porqué empecé a correr.  Es una lástima que con todo lo que me ha costado conseguir estar "dentro" de las carreras, ahora vea que igual es hasta bueno para mí el verme de nuevo "fuera" como una simple aficionada para poder volver a tener ganas de "volver" y sobre todo renovar la ilusión perdida.

Igual, la decisión buena sería dejar de ir a carreras tan seguido, incluso teniendo algunas "in mente" que me gustaría hacer, quedarme con las ganas de participar en ellas, como me ha dicho mi buen amigo Javier Lozano, que sabe mucho de lo que habla pues lleva muchos años en la competición.

Sin casi darme cuenta, lo que empezó siendo un calendario de carreras bien controlado en cuanto a cantidad de las mismas cada mes, se ha vuelto en una locura total desde el mes de junio hasta septiembre en el que he tenido prácticamente carrera todos los fines de semanas seguidos.

Soy consciente de que no he tenido tiempo de descansar entre una y otra carrera y aunque mi poca fortaleza física no me ha pasado factura en forma de cansancio físico y la falta de lesiones han sido una constante en todo lo que llevo de año, en lo referente a lo mental estoy seriamente perjudicada. Y cuando digo perjudicada quiero decir que tengo un estrés tal por la lucha interna que tengo conmigo misma, de querer entrenar obligadamente pero sin una pizca de motivación, que está haciendo que me esté planteando si seguir o no en esta odisea en la que se ha convertido mi vida deportiva.

Me miro al espejo y no me siento orgullosa de mí, aunque desde el año pasado a hoy he mejorado bastante en cuanto al rendimiento en las carreras y mejorado los tiempos de manera significativa he incluso he subido varias veces a podio como mejor clasificada dentro de mi categoría veterana e incluso en una ocasión en clasificación absoluta. Pero eso ya ha perdido valor para mí.  ¿Por qué? No lo sé, la verdad.  Ya no sé si corro por demostrarme algo a mí misma o por demostrárselo a los demás.

En fin, que hoy he ido a esta carrera de Santurtzi más que nada por el buen recuerdo que tengo de la edición del año pasado en cuanto al ambiente y sensaciones vividas en ella, pero con la moral bastante baja, pensando que esta vez tal y como me estaba planteando la carrera, no iba ni siquiera a igualar o mejorar el tiempo que hice el año pasado (1h 30'), pero como ya estaba apuntada desde principios de septiembre, ya no me quería echar atrás.

Sin mucha alegría, el día anterior preparo el equipaje del club y la mochila con la ropa de recambio y utensilios de limpieza.  No me apetece sacar ni siquiera una foto del conjunto que llevaré como suelo hacer habitualmente. ¿Para qué, si siempre es lo mismo?   Seguro que ya aburro hasta al personal del facebook y a los que amablemente me leéis por aquí, así que esta vez no hay foto.

Desayuno temprano y con tiempo suficiente para ir después con mi marido hasta Las Arenas donde cogeré el Puente Colgante de Bizkaia para cruzar a la margen izquierda y desde Portugalete ir andando hacia Santurtzi y más concretamente hasta el barrio de Mamariga, punto inicial de la carrera de hoy.

A eso de las 9:30 llego andando bajo una fina lluvia que de vez en cuando me ha acompañado durante el trayecto, al frontón de Mamariga.  Allí ya hay ambiente pre-carrera, pero yo voy con pocas ganas de hablar y de encontrarme con la gente habitual de las carreras.  No quiero darle a nadie la brasa en esos momentos sobre mis dudas y mis agobios.

Voy hacia la mesa de reparto de dorsales y recojo el mío.  El número 42.  Seguido voy a los vestuarios de chicas y meto mi mochila en una taquilla hasta el momento previo de empezar la carrera y calentamiento.  Por allí también me encuentro a mi amigo Iñaki y Jose Antonio a los que les saco una foto en el momento de recoger el dorsal.

     

Me empiezo a encontrar con amigos, conocidos y compañeros de club.  No me apetece mucho hacerme fotos con nadie, pero alguna sí que cae, intentando poner buena cara.  Poco después me quito el pantalón largo de monte que llevaba y a falta de unos 30 minutos empiezo a calentar por mi cuenta y en solitario, pero esta vez al ser muchos más corredores los que vamos a tomar parte en esta carrera, es difícil no cruzarse con los habituales.

Foto de equipo:  Yo, Jeru, Mark, Iñaki e Iñigo.  Faltan: Leire, Iker, Carmen y alguno más me parece.

Con mi amigo Iñaki G.


Con mi amigo Javi.
En un momento dado decido irme a un sitio más apartado para calentar más tranquilamente e ir pensando en cómo afrontar la prueba de hoy, pues esta semana solo he entrenado dos días y como últimamente, no han sido unos entrenos de los que poder sentirme satisfecha precisamente.

Me vuelvo a encontrar en esta zona más apartada con un amigo con el que antes me había hecho una foto.  Nos la debíamos desde la carrera Mello Saria de este año.  Él cuando me ha visto, me ha animado a que me uniera a él para dar unas vueltas de calentamiento antes de la carrera y hemos estado charlando muy agradablemente.

De repente, la megafonía ha empezado a sonar y nos han llamado a tod@s l@s corredor@s a la zona de salida.  Primero he ido al trote al vestuario a hacer el último pis y a enjuagarme la boca con agua y beber un buen sorbo porque tengo la boca realmente pastosa.

Esta vez no voy a ponerme ni en primera ni en segunda ni en tercera línea de salida.  Me meteré en la mitad del pelotón de participantes e intentaré salir con tranquilidad y sin agobiarme por la presión que ejercen el resto de corredores sobre mí.  Voy a empezar y a acabar la carrera sin más porque con la poca motivación que tengo, si la acabo por lo menos en el mismo crono del año pasado, ya será un gran triunfo para mí.  Pero no las tengo todas conmigo de conseguirlo, la verdad.

Ponen una música típica de las grandes ocasiones "Vangelis" en plan carrera épica y la gente se conmueve un poco.  Yo se lo comento a mis amigos Enekoitz y Andrea, que parece que vamos a hacer la "Cavalls del Vent", jajaja...

Empieza la cuenta atrás. ¡¡¡5, 4, 3, 2, 1, aurrera!!!   Sólo faltaba el speaker "Depa" allí para darle más ambiente si cabía al momento de la salida, pero la verdad es que los de la organización lo hicieron realmente bien.

Momento de arranque de la salida de la carrera Serantes Igoera.
Puesto el cronómetro en marcha justo cuando paso por debajo del arco de salida comienzo a subir por la calle Mamariga hacia el comienzo de la pista de subida al Serantes en la que vamos tod@s l@s corredor@s en un pelotón que poco a poco se va estirando según avanzamos.

Empezando a subir cuestas.
Cuando sobrepasamos el kilómetro 1,3 del inicio de la carrera, dejamos atrás el hormigón para adentrarnos por fin en terreno natural y monte a través por un estrecho sendero en el cual obligadamente tenemos que ir en fila de a uno y caminando al no absorver el camino la masa de corredores que nos adentramos en él.

Desde este punto kilométrico es cuando se asciende el mayor desnivel de la carrera ascendiendo desde los 141m. hasta los 431m. de altitud durante 1,5 kilómetros pasando unas veces a corredor@s y en alguna ocasión pasándome algun@ a mí.

Foto de mi amigo Oskar M.
Foto de  Oskar M.
Subiendo con decisión.


Aquí iba sufriendo un poquito, la verdad.
Llego a cima unos tres minutos antes que el año pasado y por allí hay gente animando y sacando fotos.  Me encuentro con mi amiga Carmen que me llevaba la delantera y la saludo a penas sin aliento y comienzo el leve descenso hacia Zierbena por el cordal del Serantes para poco después girar hacia la izquierda para adentrarnos en el Paso Peñalba, un estrecho sendero con algunas piedras en su comienzo que hacen que haya que tomar especial precaución para no tropezar y caer ladera abajo pues a la derecha de este sendero hay una ladera con mucho desnivel en la que si caes, puedes acabar muy perjudicado físicamente.

Cuando llevo 40 minutos aproximadamente de carrera y tras salir de los últimos senderos que flanquean el lateral del monte Serantes, veo a Jeru, un compañero de equipo que va caminando y le grito para ver qué le ha pasado.  Me contesta que es su rodilla.  Le doy ánimos y le digo que vaya suave, suave aunque sea.

Vuelvo a las ruinas del fuerte por las que había pasado 18 minutos antes para bajar durante unos 200 metros por la pista de hormigón y en un recodo de la misma introducirme bosque a través por un bonito sendero en el que se puede correr muy a gusto durante más de 3,8 km.

Pero mientras transcurro por este sendero boscoso y a pesar de que ya lo conozco por haber ido a entrenar varias veces por allí, incluso una de las veces de noche, a la altura del kilómetro 8 recién cumplido y a pesar de que iba atenta y no quitaba ojo de por dónde pisaba, pues sabía que la hojarasca escondía las irregularidades del terreno y las piedras semienterradas que lo adornaban, voy y piso de mala manera una piedra oculta y me tuerzo el pie izquierdo de mala manera oyendo un "crack" bastante sonoro a pesar del propio ruido que producen mis pasos y los de los corredores que llevo delante y detrás mía.   Echo un juramento al aire no reproducible aquí y casi me paro en seco, pero enseguida comienzo a trotar a un ritmo algo más bajo mientras lamento mi mala suerte y voy medio llorando de la rabia y del dolor.

Continúo la carrera y una voz por detrás mía me pregunta varias veces que a ver qué tal estoy, que si me duele mucho.   Yo le digo que igual por estar caliente el tobillo es por lo que no me duele demasiado, pero que no quiero parar para que se me enfríe y se me empiece a hinchar.  Al final le digo a mi perseguidor que me pase, que no quiero entorpecerle.  Cuando se pone a mi lado me dice Yolan, vete con cuidado ahora que si no a ver si vas a volver a tropezar.  Le miro y veo que es mi amigo Igor M.  ¡¡Qué ilusión verle, pero qué mal momento para charlar!!  Le doy las gracias y lo dejo marchar.

En el kilómetro 8,6 salgo del sendero boscoso y me encuentro con el segundo avituallamiento. Bebo agua y como 1/4 de naranja de un bocado y me lo llevo en la boca mientras vuelvo a pisar la pista de hormigón con algo de miedo y preocupación.

Poco después me encuentro con mi suegro por el camino de hormigón que baja y le saludo y él me anima.

Cuando llego al kilómetro 9,2 me tengo que desviar de nuevo a terreno natural para ir hacia la zona de El Mazo y justo en este momento me alcanzan dos corredoras del Club Deportivo Villasana de Mena que me rebasan con ligereza mientras yo iba a un ritmo trotón debido al miedo que tenía de forzar el pie accidentado anteriormente.

Momento crucial en el que me van a pasar las dos corredoras.
Me da un poco de rabia que me hayan pasado las corredoras, pues llevaba desde antes de subir al Serantes sin que ninguna corredora me pasase, pero bueno, ya no tenía remedio.

Intento apretar el paso para seguir la estela de las corredoras y aunque creo que logro acelerar un poco, veo que se van alejando poco a poco.   Las doy por perdidas.

Después de bordear las ruinas del fortín de El Mazo, bajo por la ladera irregular con algo de cuidado pero con ganas ya de volver a pisar el hormigón y tirar hacia meta.

En el kilómetro 10,3 por fin vuelvo a la pista del hormigón y ya todo es descenso hasta llegar a meta. Intento apretar el paso e ir aumentando la velocidad.  Lo consigo, vuelvo a correr en torno a los 4:20 y los 3:55 min/km para llegar a la zona de vallado con los vecinos de Mamariga aplaudiendo y animando a mi llegada.   Me emociono un poco pero consigo contener la emoción aunque también iba con un poco de rabia por el traspiés que había tenido unos 23 minutos atrás.

Último esfuerzo con sufrimiento.
 Último esfuerzo y entro esprintando en meta mirando hacia arriba para ver el tiempo que marcaba y veo con grandísima sorpresa que ponía 1h 18' 28".  Me alegro de verlo y cruzo el arco de meta con el sonido del chip en ese momento.

Por fin llego a meta.
Mi cara refleja más sufrimiento que cansancio.
Estoy contenta de mi tiempo porque lo he mejorado en 12 minutos con respecto al año pasado pero me ha quedado un sabor de boca amargo por el incidente con la piedra del kilómetro 8.

Saludo a los amigos y compañeros sin mucha alegría y medio llorando por la mala suerte que he tenido de tropezar y tener que bajar el ritmo y me voy a duchar.

Dan los trofeos y premios a las veteranas y veo que la 3ª clasificada es una de las que me había pasado en el kilómetro 9 y pico.  Ahora sí que soy consciente del tiempo que he perdido por culpa del pequeño accidente.  Me da tristeza, pero bueno, son cosas que pasan y hay que asumirlo.  Yo también hubiera aprovechado la ocasión de rebasar a otra corredora que viese que va a un ritmo suave.

De mi club, ha ganado mi compañera Leire, que se ha llevado el primer puesto con autoridad y recortando en 10 minutos su tiempo del año pasado, así que:  Zorionak Leire!!


Podio feminino absoluto.
En el podio masculino también tengo a otros dos amigos. Asier Aguado y  Javier Lozano que han conseguido el primer y tercer puesto respectivamente.   Zorionak chicos!!


Podio masculino absoluto.
Tras la entrega de trofeos, se da inicio al lunch y charlo con unos y con otros hasta que da la hora de ir para casa.

Me despido de todos y me voy caminando muy despacio hacia el Puente Colgante para cruzar hacia Las Arenas.

Camiseta conmemorativa.

Track mío Serantes Igoera 2014.

Posición general: 173ª
Posición Cat. Vet. Fem.: 6ª 
Hoy peso: 60,3 kg.





2 comentarios:

  1. Por mucho que nos digan los demás, somos nosotros mismos los que tenemos que darnos cuenta de que algo va mal para actuar en consecuencia. En mi modesta opinión, creo que deberías entrenar más y competir menos. Si el problema para entrenar es la motivación, quizá te podrías plantear un reto más difícil y a más largo plazo (medio maratón?, maratón?) para el que tuvieras que seguir un plan de entrenamiento y las competiciones durante el mismo fueran contadas. Quizá eso te ayude a desintoxicarte mentalmente. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario Arantza. La verdad es que tienes mucha razón en que debería entrenar más y competir menos, seleccionando bien y espaciando unas carreras de otras. Hasta que no me he estrellado contra el muro de mi realidad no he sido capaz de ver todo lo que tanta gente me llevaba diciendo desde hace ya tiempo. Así que de momento me daré un tiempo de unas semanas, e iré a correr por gusto y no por necesidad u obligación porque eso ya no me está beneficiando ni física ni mentalmente. Plantearme retos difíciles a más largo plazo, también creo que me debería venir bien. Sería cuestión de estudiarlo y ver qué posibilidades reales tengo de llegar a lograr un futuro reto. El problema más relevante es que no sigo ningún plan de entreno y no me veo capacitada para ello. Conozco a mucha gente que tiene sus planes de entrenos en una tabla con sus tiempos, repeticiones, series, etc. pero yo soy una persona que se complica mucho la vida con pequeñas cosas y eso lo veo poco factible para mí. Además no sería nada disciplinada si no hay alguien físicamente hablando que me guíe y me corrija los errores que cometo en los entrenos. Pero algún día tendré que poner orden en mi vida y en mis entrenos si quiero permanecer y participar por lo menos de vez en cuando en alguna carrera. Un saludo.

      Eliminar