miércoles, 1 de octubre de 2014

KILOMETRO VERTICAL APUKO (27/9/2014)

Hace casi dos meses tuve el conocimiento de una nueva prueba deportiva organizada por los organizadores de Apuko Igoera en cuanto a carrera de montaña se refiere.  Habían creado el Kilómetro Vertical Apuko.

Cartel.
Yo cuando me enteré, una pregunta asaltó mi cabeza. "¿Podría meterme a participar en una prueba así?"   La verdad es que la respuesta vino seguidamente.  "Si no lo intento, no lo sabré nunca".

Entonces navegué por la página de Apuko Igoera y me informé un poco sobre los datos de la prueba.
Perfil de la prueba de kilómetro vertical.
La verdad, es que no me pareció algo descabellado para mí.  Además al estar bastante cerca de casa, las ganas de participar me vinieron solas.  Aún así, dejé pasar varios días para meditar sobre ello, pues a veces mis "ventoleras deportivas" me pueden pasar factura y luego tener que arrepentirme.

Pasaron dos o tres días y al final decidí apuntarme pensando en que apuntándome de las primeras me tocaría el dorsal con el número más bajo y así saldría de las primeras para que no se me hiciese de noche durante la carrera o que ya estuviese anocheciendo cuando empezara.

¡¡Inscripción realizada!!  Bien, soy la tercera inscrita así que me tocará el dorsal nº 3, jajaja....

Pocos días después, hablando con mi primo Felipe, éste me comentó que me quitase de la cabeza lo del número del dorsal por orden de inscripción ya que en los kilómetros verticales funcionaba de otra manera la adjudicación de dorsales.  Yo le pregunté que cómo funcionaba tal asunto y él me dijo que se hacía un sorteo aleatorio de números de dorsal entre todos los inscritos.   Ahí se me cayó el mundo encima, jajaja....  Yo que pensaba que iba a tener uno de los primeros dorsales y ahora veía con gran angustia que lo mismo me podía tocar el último de todos.

Estaba claro que algo de lo relativo al reglamento me había saltado por alto.   Lo vuelvo a mirar en la página de la carrera y efectivamente.  Los dorsales se asignaban en sorteo.  Sigo leyendo y veo que también me había saltado el punto de límite de inscripciones.  Veo que son 300.   ¡¡¡Otro disgusto más!!!   "¿Y si me toca un dorsal de los últimos?"  Empiezo a preocuparme de verdad pues de lo que sí me había enterado era que cada corredor salía cada 30 sg., con lo cual, si empezaban a cronometrar y dar salida al primero a las 16:30, el último corredor de llegarse al cupo de los 300 participantes, saldría a las 19:00.

Para finales de septiembre los días ya se acortan bastante y la noche llega pronto, así que ya me empiezo a mentalizar en llevar un frontal incluso para la prueba.

La noche anterior a la prueba y presa de la inquietud, miedo y respeto que me da un kilómetro vertical, lanzo una pregunta al viento en mi muro de facebook preguntando a los más expertos amigos traileros sobre qué errores debía evitar cometer para afrontar el primer kilómetro vertical de mi vida.   Necesitaba consejos con urgencia sobre si llevar bastones o no, tema de geles, medias compresivas, etc.   Todo consejo e información que me dieran la iba a agradecer muchísimo.

Las respuestas no se hicieron esperar ni dos minutos.  ¡¡Qué suerte tengo de contar con tanta gente curtida en carreras de montaña!!

Hubo respuestas de todo tipo.  Algunas se contradecían con otras, pero yo me las leía ávidamente e intentaba sacar una conclusión certera para mí, aunque con muchas dudas de si iba a acertar.

Llega el día de la carrera y miro por la mañana la página de las inscripciones para ver  el número total de inscritos y....  ¡¡¡¡¡oooohhhh, qué grata sorpresaaaa!!!!!  Veo que somos muy pocos inscritos, al rededor de treinta, así que resoplo aliviada y pienso que ya no me va a hacer falta llevar luz propia para poder hacer la carrera.

Por la mañana empiezo a preparar todo el equipaje y accesorios a llevar a esta carrera.  Creo que siendo una prueba de 4,5 km de recorrido total, lo ideal sería llevar lo mínimo ya que hay dos avituallamientos, uno en el km 2 y otro en la cima del Eretza, pero por si las moscas me llevo la riñonera con el bidón preparado con bebida energética.

Equipaje preparado.
En esta ocasión, le he pedido a mi marido que me acompañe, pues no sé cómo o en qué condiciones voy a acabar el kilómetro vertical.   Me temo que voy a estar para el arrastre y que me va a tener que recoger con escoba y pala, jajajaja.....

Para las 15:15 ya estamos en Zaramillo donde aparcamos sin mayor problema muy cerca de la zona de salida, junto al frontón.   Vamos mi marido y yo a la zona de dorsales y llevo una bolsa llena de tapones para ayudar a Laia, una niña con una enfermedad denominada de las raras.  Todo lo que se pueda aportar por poco que sea será bueno para ella.

Mochila para el aseo y cambio de ropa y los tapones.
Poco después nos vamos a tomar un café con hielos mientras hacemos tiempo a que hagan el sorteo de dorsales y los repartan.

Con el calor que hace, hoy toca con hielos.
Hace bastante calor porque hace viento sur, pero a la sombra se está bien.  

Poco a poco empiezo a encontrarme con amigos y conocidos por Zaramillo, a todos saludo, les presento a mi marido y charlo animadamente, para quitarme un poco de presión y tensión antes de la prueba.

Llega la hora de sorteo y reparto de dorsales y me acerco a la carpa donde se encuentra la organización para ver qué suerte he corrido con la asignación de dorsal.  Miro el listado que habían imprimido y veo que me ha tocado el nº 29.  Bueno, no está mal, además veo que hay más inscritos de última hora, así que seremos en torno a los 40 participantes de esta primera edición del Kilómetro Vertical Apuko Igoera.

Dorsal adjudicado.
Colocado el dorsal, ya solo queda esperar a que llegue la hora de la salida, que finalmente la han retrasado hasta las 17 horas.

Sigo saludando a amigos por la zona de salida y me saco fotos con algunos de ellos, por aquello de tener un recuerdo de esta carrera y de la gente con la que me encuentro.

Con mis amigos y consejeros Edu y Gabriel.
¡¡Qué ilusión volver a coincidir con Victor!!
Aquí con Txema y Rubén.¿Se me pegará algún día algo de estos máquinas?
Aquí estoy con mi amigo Carlos, que poco después de
comenzar la prueba se lesionó desgraciadamente y tuvo
que abandonar la carrera.
Menos mal que Gabi me aconsejó de cómo regular los
bastones para afrontar un kilómetro vertical.
Con mi amiga Montse, aunque yo le llamo "Montserí" porque es dulce
y cariñosa como los bombones de la marca francesa, jajajaja....
Después de las fotos, la charla y las risas toca ponerse seria y concentrarse para comenzar la carrera, aunque por dentro llevo nervios por no saber cómo me irá, también tengo ganas y esperanza de poder superar y acabar la prueba independientemente del puesto en el que quede.  Sólo quiero empezar y acabar este kilómetro vertical.  Con eso ya me conformo.

Preparada y decidida a darlo todo.
¡¡Ya no hay vuelta atrás!!
La mujer de mi amigo Victor amablemente me sacó unas fotos justo antes de que me hicieran la cuenta atrás a grito pelado el speaker, anunciándome como la "gran y genuina" Yolanda Ugarte del club Ertza Miribillako Otsoak.   Yo que lo oigo, miro para atrás toda sorprendida y avergonzada al mismo tiempo y le digo:  "¡¡¡Majo, te has pasado, eh!!!"  a lo que me contestó con una sonrisa cómplice, jajajaja....

Comienza la cuenta atrás. 5, 4, 3, 2, 1, aurrera!!!   Pongo mi reloj Garmín en funcionamiento y arranco con alegría hacia lo que me espera por delante.  Ya me habían comentado varios amigos que lo peliagudo no estaba en el mismo cortafuegos sino mucho antes, desde el principio y tras pasar por el terreno particular de un vecino del pueblo, porque seguido venían ya las primeras rampas y también tendría que atravesar varias zonas de bosque poco desbrozado con gran inclinación y mucha dificultar por la cantidad de piedras, ramas y raíces que tendría que sortear.

¡¡Allá voy, que sea lo que Dios quiera!!
Vamos queq nos vamos!!

Tras pasar los primero 500 metros por zona de asfalto y atravesar la propiedad particular de un tal Javi, vecino de Zaramillo, lo siguiente que me encontré tras atravesar una pista, fue la primera campa-rampa con un desnivel del 30% aproximadamente y unos 100 m  de recorrido que afronté con alegría.  Allí había gente animando y sacando fotos.  Entre ellos estaba mi marido, que últimamente se casca unos reportajes fotográficos de aúpa, jajaja... También un fotógrafo oficial de la carrera.  

Yo que los veo a todos allí jaleándome, voy y empiezo a gritar mientras subo con decisión: "¿¿Pero quién me mandará meterme en estos fregados??  ¡¡No sé qué leches hago aquí!!  Ésta es mi hora de merendar mi cafecito con un pastelito.  ¡¡¡Yo quiero merendaaarrr!!!"    A lo que la gente allí congregada se empezó a partir de risa y me dijeron que guardase fuerzas que todavía me faltaba lo peor por afrontar, que ya comería costilla asada cuando acabase la carrera y bajase al pueblo. Entonces les dije:  "¡¡Ah, bueno, en ese caso voy a meter la directa para acabar cuanto antes, no vaya a ser que para cuando llegue al pueblo ya no quede ni el tato!!"    Se despidieron de mí animándome mucho y entre risas.

Primera campa con un desnivel más que considerable.
Subiendo con alegría, jajaja...
Después de esta dura rampa campera alcanzo una pista que he de cruzar perpendicularmente para adentrarme ya por fin en la zona más compleja de este kilómetro vertical.   Entro en zona boscosa perfectamente señalizada con banderines amarillos y cintas rojas y blancas y veo que el terreno está muy seco y como desmenuzada la tierra.  También hay cantidad de piedras sueltas por el recorrido que dificultan mucho, al menos para mí, el poder transitar por estos laberintos serpenteantes que han trazado los de la organización.

Donde apoyo el pie, se mueve la tierra y las piedras y el avanzar se antoja complicado incluso utilizando los bastones, por lo que vista mi torpeza, decido tomármelo con calma pero sin pausa caminando a todo el paso ligero que me permite la maleza allí reinante, jajaja....

He tenido que ir muchas veces agachada porque me he encontrado ramas muy bajas de árboles que pueden hacer que sufra algún roce o incluso sacarme un ojo, jajaja...  A la vez, también he tenido que no perder de vista dónde se piso pues entre las zarzas, ramas caídas por el desbroce y raíces entresacadas de la tierra, la zancadilla está a la orden del día, jajaja...

Paso el primer bosque y aparezco en una pista de hormigón que también he de cruzar para enfilar de nuevo el monte que se me presentaba delante.

Cada vez que tengo que atacar un nuevo tramo de bosque mirando hacia el frente y hacia arriba por el desnivel positivo que veo, me acuerdo de la organización, jajajaja....  ¡¡Mira que lo han puesto difícil, eh!!   Pero es que claro, si se quiere hacer el camino lo más recto posible hasta la cima del Eretza, hay que hacerlo así.

En un momento dado y tras pasar ya la cuarta o quinta pista terrestre según asciendo, llego de nuevo a otro mini bosque pero que tiene una dificultad añadida.   Para adentrarme en él veo ante mí como una especie de gran escalón de tierra tan alto como yo y que cae en vertical a la pista donde me encontraba.  Lo miro y me digo para mis adentros "¿cómo leches voy a subir por ahí sin matarme?"

Ha sido lanzarme esa pregunta y de repente aparecer un corredor tras de mí que justo me alcanza en ese momento providencialmente.   Me pasa de largo y le veo trepar como una araña agarrándose aquí y allá cual Spiderman.

Y yo allí parada dudando de cómo afrontar aquél muro.  Estaba pensando que allí me quedaba y que allí mismo acaba mi participación en la carrera, cuando de repente oigo una voz que me dice: "¡Está muy difícil para subir, eh!  ¿quieres que te ayude?"

De repente, ha sido como despertar de un mal sueño y le veo al chico esperando mi contestación y con la mano tendida.   Yo que lo veo, le digo:  "¡¡¡Ay, sí porfis, ayúdame, que si no aquí me quedo!!!"  A lo que el cortés corredor me contestó que le tirase los bastones hacia arriba y que luego me ayudaba a subir.

Así lo hago,  me santiguo y cojo todo el impulso que puedo para engancharme a su mano fuertemente para no soltarme. Le digo: "¡¡Si ves que vas a perder el equilibrio y caer abajo conmigo, suéltame, eh!!"  A lo que el hombre me dice que no me iba a soltar ya, que ya tengo la mitad de la pared hecha.

Cuando ya consiguió izarme hacia donde estaba él, le agradezco mucho el gesto que ha tenido conmigo de compañerismo en una carrera, que ha sido un detalle de su parte el pararse para ayudarme sabiendo que voy la última justo en el momento en el que él me rebasaba.

Aquí el amable corredor que me ayudó.
Lo dejo marchar por fin y le vuelvo a agradecer el detalle que tuvo conmigo.

Al rededor del kilómetro 1,5 aproximadamente aparezco en una nueva pista terrestre en la que por fin un letrero me indicaba que siguiese su trazado a lo largo de la misma.  ¡¡Qué alegría por Dios, creía que no iba a conseguir salir de aquellos caprichosos bosques!!

Empiezo a correr a una trote cómodo por la pista y en un momento dado me encuentro con mi amigo David H. que me anima desde lejos y me saca unas fotos para el recuerdo.  Me indica por donde seguir y me anima para que no decaiga en mi propósito.  Se lo agradezco todo y continúo mi carrera por la pista.  Tengo ganas ya de enfrentarme al cortafuegos del Eretza.  Me da mucho respeto, pero ya que estoy metida en este fregado, a por él que voy.

Pequeño llano en el que mi amigo David H. me sacó varias fotos.
Tras darle muy a gusto a las zapatillas durante 1,5 kilómetros aproximadamente llego al inicio del famoso cortafuegos del Eretza.  Al principio no tiene dificultad porque parte de la base del propio monte y no tiene mucha inclinación, vamos que es prácticamente un llaneo en el que se puede apretar el paso.

Vuelvo a cruzar una pista y ya sí, esta vez se abre ante mis ojos el espectacular cortafuegos que he de ascender.
Vista frontal del cortafuegos a subir.
Antes de atacarlo me encuentro con mis amigos Unai, Vane y Gabriel que ya había acabado la carrera y que me estaba allí esperando para sacarme unas fotos con la cámara que le había dejado a cargo de Unai.  Yo que los veo, empiezo a saludarles desde lejos y a contarles las peripecias que había tenido que sortear por los bosques anteriores, jajaja....  Ellos me saludan eufóricamente y me animan a tope mientras subo corriendo el inicio del cortafuegos.  Gabriel corre un poco para ponerse en buena posición para sacarme las fotos, pero yo le alcanzo enseguida, jajaja... Y me dice: "¡¡Pero frena un poco Yolan, que no me da tiempo a enfocar!!"   Y yo ni caso.   Ya que he empezado con buen brío, no quiero parar hasta que el cortafuegos me ponga en mi sitio o me diga "hasta aquí has trotado maja", jajaja.....  Al final alguna foto ha conseguido sacarme a la carrera mi amigo Gabriel, pero con muchos sudores,  jajaja....

Ahí voy toda embalada en el inicio del cortafuegos del Eretza.
Al de poco tiempo, el cortafuegos me baja los humos y mi frenética subida al trote, jajaja....  Además Gabriel me ha avisado de que todo el mundo prácticamente lo ha subido andando, así que si quiero llegar viva a la cima del Eretza, eso mismo debería hacer yo. He tenido que sucumbir a la dura realidad, jajaja.... Subir el cortafuegos corriendo es algo prácticamente imposible para mí.  Y si alguien es capaz de subirlo aunque sea al trote, tiene que ser un crack de la leche.
Aunque me veía bastante bien de fuerzas, mi amigo Gabriel
me recomendó que subiese andando si quería llegar entera
a la cima del Eretza.  Al final le hice  caso.
Mientras continúo alegremente subiendo el cortafuegos, ya empiezan a bajar tod@s l@s corredor@s que han hecho cima.  Entre ellos me encontré con Ismail  Razga y Oihana Azkorbebeitia que a la postre han sido los ganadores absolutos de la carrera.

Después de toda la dificultad anterior de los bosques que he tenido que sortear, subir por el cortafuegos lo estoy disfrutando al máximo a pesar de la dureza de su desnivel.

Cada vez veo más cercana la cima del Eretza con su imponente mole pétrea asomando.  Empiezo a ser consciente de que voy a lograr acabar mi primer y espero que no último kilómetro vertical.  Voy feliz de la vida y al final no se me ha hecho tan duro como yo pensaba.  También pienso que es por el ritmo que he llevado, que ha sido relativamente tranquilo y sin agobiarme en absoluto por quedarme en última posición.   La realidad es que lo más importante para mí es acabar esta carrera y veo con gran sorpresa y alegría que lo voy a lograr.

Aquí, cruzándome con los dos ganadores de la prueba que ya bajaban
hacia Zaramillo.  Fotaza de mi amigo Gabriel.
Cuando ya acabo de recorrer todo lo largo del cortafuegos, me encuentro con mi amigo Javier Basaldua que aparece por allí de entre los árboles bajos que coronan la base de la cabeza del Eretza. Ya me había dicho antes de comenzar la carrera que él iba a andar por allí y que iba a llevar agua de sobra por si en algún momento alguien necesitaba, ofrecérsela.  Que contase con él para lo que fuese. ¡¡Qué simpático y servicial!! jajaja....

Total, que ha sido encontrarme con Javi y volverse hacia la cima conmigo acompañándome e incluso apoyando su bastón en mi espalda para que subiese más ligera, jajaja...  La verdad es que no me ha hecho mucha presión con el bastón, pero sí que he notado que subo menos sufridamente, jajajaja....

Atravesamos charlando la zona de bosque bajo y en poquísimo tiempo ya estoy en la zona rocosa del Eretza.  Ya sólo queda sortear algún pequeño tramo técnico con un poco de cuidado trepando un poco y enseguida aparezco en un lateral de la cumbre herbosa del Eretza.

Allí arriba había bastante gente, la verdad.  Estaban Oscar Nieto y Martín (organizadores de la prueba) tomando el tiempo de llegada a cima.  Me reciben alegremente y felicitándome por acabar la carrera.  Yo al llegar a donde están ellos, me emociono y casi rompo a llorar, me ha faltado muy poco, pero la alegría a podido más y me he empezado a reír y a dar algún bote de alegría por hacer cima.  También estaban otros amigos como Javi S.V. y Puskas.

Un amigo mío me saca una foto con su móvil justo antes de llegar a cima para inmortalizar el momentazo, jajaja... Gracias Artiz.
Llegando a cima. ¡¡No me lo creo!!
Foto de mi amigo Aritz I.
Oscar, me dice que descanse un poco y beba líquido para recuperar, pero yo la verdad es que me siento estupendamente y bebo un poco, pero lo que realmente tengo ganas es de hacerme fotos en la cima antes de bajar, jajaja....

Así que saco mi móvil y le digo a uno que está por allí, que me sacase varias fotos para tener de recuerdo e incorporarlas a mi blog.  Así lo hace.

Contentísima de haber logrado terminar mi primer kilómetro vertical.
Por ahí abajo he subido, jajaja.... Con el miedo que le tenía yo al
cortafuegos del Eretza.  Al final lo he llevado bastante bien.
¡¡¡Bieeeeen, he hecho cima en el Eretza!!!
Con mis amigos Javier B., Javi S.V. y Puskas en la cima del Eretza.
Estoy eufórica y contenta de la vida con esta nueva experiencia para mí.  Hacer un kilómetro vertical a mi edad, y con la poca experiencia que tengo todavía en el mundo del trail running, es algo que me ha reportado confianza en mí misma y ver que si me propongo en hacer algo, muchas veces lo consigo.

Pasados unos minutos y sabiendo Oscar y Martín que ya no queda nadie más por subir, empezamos a bajar todos hacia Zaramillo.  Unos más rápidos y otros más tranquilamente vamos descendiendo de nuevo por el cortafuegos.

Yo me quedo finalmente con Puskas, Javi S.V., su mujer y su hija y vamos charlando y haciéndonos fotos los unos a los otros mientras descendemos del Eretza.

Puskas, la hija y la mujer de Javi S.V.


¡¡¡Bajando a toda pastilla por el cortafuegos!!!
Al llegar a una pista, Puskas se desvía y baja por un sendero hacia el pueblo anfitrión de esta gran carrera.  Yo continúo con el resto y cuando llegamos a una pista hormigonada veo que mi amigo Javi tiene allí su coche,  bajo con ellos hasta la zona de salida y llego allí toda feliciana con los puños cerrados en señal de euforia por haber conseguido finalizar esta bonita y recomendable carrera de kilómetro vertical.

Un fotógrafo de la organización me saca varias fotos al llegar y yo haciendo poses de alegría, jajaja...  ¡¡¡Qué cantamañanas soy!!!

Alegría máxima al llegar
al punto de partida.

Me reúno con mi marido, saludo a todos los amigos y amigas allí congregados y voy a comer un poco de costilla asada que me estaba esperando en el frontón con un vaso de cerveza para acompañar.

Me quedo a ver la entrega de premios y veo con gran alegría a Ismail y a Montse que tienen podio. Él como primer y ella como tercera clasificados, así que yo muy contenta por ellos.  Montse también se llevó primer trofeo en categoría veterana.

Finalizada la entrega de trofeos y homenaje a l@s voluntari@s de Apuko Igoera, dan por finalizado el evento deportivo.

Recomiendo totalmente esta carrera para todo aquél que quiera probar lo que es enfrentarse a un kilómetro vertical.  Tanto los organizadores como los voluntarios tratan al corredor con mucho mimo y detalle.  Así que, como dice mi amigo Oscar Nieto:  "¡¡¡¡Anímense!!!!"  Seguro que el año que viene le dan alguna vuelta de tuerca a esta prueba para sorprender al participante.

Gracias a tod@s los que me animáis en cada carrera antes, durante y después.  A la organización de Apuko Km Vertical y a mi marido por aguantarme antes de la carrera y hacerme de fotógrafo dicharachero.  El año que viene, si Dios quiere, ¡¡¡amenazo con volver!!! jajajaja.....

Hoy peso: 58,8 kg.

Track Km Vertical Apuko.

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