lunes, 15 de diciembre de 2014

MI VUELTA A LAS CARRERAS. CROSS ZALLA-BALMASEDA-ZALLA 2014 (6/12/2014)

Han tenido que pasar dos meses y un día para que volviese a participar en una carrera.  

La verdad es que ha sido como una especie de condena porque ver que iban pasando las semanas y que como consecuencia de mis últimas lesiones no podía ni plantearme el apuntarme a alguna carrera, ha hecho que en todo este tiempo le dé muchas vueltas a la cabeza.

Tantas vueltas ha dado mi cabeza que incluso yendo a ver carreras y sacar fotos no me satisfacía en absoluto.

Durante este tiempo de parón he tenido tiempo para reflexionar un poco en torno a qué es lo que quiero hacer con respecto a este deporte de correr y echado la vista atrás como mucha gente que me conoce un poco me ha obligado a hacer para ver todo lo que he conseguido lograr desde que empecé y mi evolución desde mis  inicios.

Aunque al principio estaba sumida en una especie de espiral de desolación, desmotivación, falta de autoestima y agotada psicológicamente, tras ir pasando las semanas e ir calmando mis ansiedades deportivas que incluso estaban afectando a mi vida personal, fui dejando pasar el tiempo con  cierta tranquilidad y sin agobiarme demasiado por algunas lesiones fortuitas que aparecieron providencialmente durante este "kit-kat" deportivo.

Me tuve que tomar con paciencia mis semanas de lesiones encadenadas  porque los contratiempos me obligaron de alguna manera.

He tenido a mucha gente (amigos, compañeros y presidente de mi club Ertza Mendi Kluba e incluso alguna persona de la élite) interesándose por mí y apoyándome para que no caiga del todo en un pozo de victimismo y tire definitivamente la toalla en el mundo deportivo en el que decidí hace casi dos años meterme.  A todos ellos muchísimas gracias.  De verdad que habéis conseguido que no me hunda del todo.  De alguna manera me habéis izado en volandas antes de tocar fondo.

He de decir que aunque la moral había mejorado algo en las dos últimas semanas, mi idea de participar en alguna carrera estaba totalmente descartada a pesar de que poco a poco me iba encontrando mejor de mi última lesión de fascitis plantar.  Sabía que no estaba al 100% para afrontar una carrera y tampoco quería arriesgar para volver a retroceder y así alargar la pesada recuperación.

Siguen pasando los días inexorablemente y mi fascitis parece que va menguando en cuanto al dolor.  Ya sólo tengo alguna molestia ocasional en la zona del puente o túnel carpiano en forma de escozor y calentamiento.

Algunos días salgo a correr a ritmo muy suave para ver qué sensaciones tengo y la verdad es que no son malas del todo, aunque al llegar a casa sí que veo que tengo la necesidad de aplicar un poco de gel para aliviar el dolor y de hacerme algunos masajes en el pie.

Poco a poco voy animándome y quitando el miedo que tenía a correr ya que veo que no sufro tanto como pensaba que iba a sufrir.  Algunos días hago carrera en asfalto y otros en un campo de hierba artificial, donde incluso me he atrevido a hacer mis primeras series en solitario.

El día dos hablo con mi amigo Pablo, que es uno de los que mejor me conoce por la confianza mutua que nos tenemos,  y me anima a que pruebe a correr en una carrera aunque sea a ritmo bajo para ver qué sensaciones me causaba tanto físicas como psicológicas.  

Yo dudo mucho y aunque querer quiero, el miedo me frena a dar el paso.  Pero Pablo me insiste y me anima a que me apunte al cross Zalla-Balmaseda-Zalla que se celebraba el día 6 de diciembre.



Le digo que posiblemente no haya ya inscripciones libres, dado que estamos a día 2,  y que tampoco había mirado nada.

Pablo me vuelve a insistir y finalmente me meto en la página de la carrera mencionada y veo con una especie de alegría y angustia a la vez que todavía quedaban plazas libres para apuntarse y que ese día era el último para inscribirse.  "¿Qué hago, me apunto o no me apunto?  ¡¡Vaya dilema!!"   Me lo pienso un poco y veo que hay varias opciones para inscribirse.  Elijo la presencial en una tienda de Forum Sport.  Saco  una ficha de inscripción por la impresora, la relleno a todo correr con las manos temblorosas e incluso equivocándome en escribir algún dato que en otra situación no me equivocaría, me visto rápido y cojo las llaves del coche para marcharme casi sin dar explicaciones en casa, jajajaja...

Mientras conduzco hacia el C.C. Artea donde hay una tienda Forum Sport, me da tiempo a pensar un poco si será lo correcto eso de apuntarme a una carrera sin estar al 100%.   Pero como me había dicho Pablo en mi conversación previa con él, tenía que volver a sentir esas viejas sensaciones de nerviosismo positivo antes de una carrera, porque él al igual que mucha gente, sabía que las había perdido por completo.

Llego a la tienda deportiva y entro en estado de taquicardia y con mucho calor en la cara, jajaja.... ¡¡Pero si estoy que parece que me va a dar un pampurrio!! ¡¡ No me lo puedo creer!!

Me acerco al mostrador tímidamente y por una esquinita le llamo la atención a una chica que estaba en la línea de cajas pero que en ese momento estaba libre y le digo que voy  para inscribirme en la carrera Zalla-Balmaseda-Zalla.  Ella que me mira con cara de sorpresa y me dice:  "¡¿Ah, sí, y lo tienes que hacer aquí?!" 

Yo que la escucho, entendiendo que no sabe nada del tema y casi me da un vahído, jajajaja....  Y le digo con cara de circunstancias:  "Sí, lo pone en la página de la carrera y en esta ficha de inscripción que traigo ya rellena." 

Total, que me coge la hoja de inscripción y se aleja con ella en busca de algún responsable superior que le confirme si pueden hacer la gestión allí.  Me quedo esperando con los nervios a flor de piel cual colegiala esperando a su primer amor y soy incapaz de alejarme del mostrador ni siquiera para echar un vistazo a las últimas ofertas que tenía al alcance de mi vista y de mi mano. Como un clavo me quedé allí esperando.

Al de dos o tres minutos que se me hicieron eternos, por cierto, vino la chica y amablemente me confirmó que sí que me hacía la inscripción allí mismo.  Pagué los 16€ que costaba, me selló la hoja de resguardo y me marché pitando de allí hacia casa más contenta que ni sé.   Después de dos meses volvería a estar en una carrera, aunque sea a hacer bulto, pero volver a vivir una experiencia deportiva al fin y al cabo.

Antes de arrancar el coche y presa de los nervios le mandé a mi amigo Pablo una foto del resguardo sellado con el ticket de pago para confirmarle de primera mano que ya estaba inscrita y se lo mandé por mensaje privado.   El muy cabrita me responde:  "Aaahhh...sí, pues yo no voy"  Mira, quedarme a cuadros y ponerme a sudar del susto fue todo uno, jajaja....  Y le dije: "¡¡¡No jodaaaassss!!!  ¡¡¡¡Te mato, eeeehhh!!!!"   A lo que él me contestó en plan vacilón:  "que siiiiiiiiiiiiii... locaaaaa"  ¡¡Bueno, bueno, si lo llego a tener delante mía en ese momento no hubiesen quedado ni los huesos de la leche que le hubiese dado.  Lo habría desintegrado del tortazo!! jajajaja.....  Si algún día me vuelvo más loca de lo que estoy, buena culpa de ello la tendrá este buen amigo, jajajaja.....



Llego a casa y le digo a mi marido que ya estoy apuntada, a lo que me dice que me tome con mucha calma la carrera ya que son 14 km de recorrido y tiene un desnivel que puede que me ralentice más aún el ritmo.  Le digo que sí, que me la voy a tomar como un test para saber cómo va evolucionando mi lesión y si puedo aunque sea correr carreras cortas de momento.

Ya sólo quedaba esperar a que llegara el día de la carrera.

Mientras tanto, fui haciendo entrenos o rodajes para ir acumulando algo de kilómetros a mis piernas y ese jueves, entrené por última vez junto con mi marido en un campo de hierba artificial para perjudicar lo menos posible a mi lesión de fascia.

Fue un entreno a un ritmo constante más o menos de 5:30/km o así la gráfica de elevación de altura del circuito cerrado da unos picos muy curiosos que dan la sensación de haber estado haciendo cuestas, jajaja... Pero es que el campo de fútbol está inclinado un poco y por eso sale así.   En la parte final del mismo y tras dar unas 10 vueltas, decidí hacer unas series a velocidad alta para coger un poco de chispa en las piernas y la verdad es que las pude hacer a un buen ritmo y sin morir en el intento, jajaja...

Al día siguiente, no es que tuviese agujetas, no.  Notaba como una especie de tirón desde el glúteo que me bajaba por el biceps femoral doliéndome por momentos de una forma moderada.   Me di un gel calmante y esperé a ver qué pasaba el día de la carrera.

Llegó el día de la carrera y me levanto pronto para desayunar y prepararme pues tengo que ir hasta Bilbao para quedar con mi amigo Pablo e ir juntos a la carrera.



Me acerca mi marido y nos encontramos con Pablo y su mujer en un bar de su barrio y tomamos un café exprés con ellos.  Luego nos despedimos de nuestras respectivas parejas y nos vamos dirección Zalla, Pablo y yo.

Buena charla por el camino sobre cómo plantear la carrera sobre todo en mi caso, sabiendo que tengo pocos entrenos hechos y mi condición física en esos momentos.

La premisa para mí era ir a probar a correr en una carrera de nuevo para volver a coger esa dinámica de buena moral que me ha abandonado en este último mes y medio.  No me tenía que importar el tiempo que tardara en acabar la carrera.  Sólo me tenía que dejar llevar por las sensaciones tanto físicas como emocionales e intentar acabarla como si de un reto importante fuera.



Una vez llegados al pueblo de Zalla, nos acercamos al frontón a recoger nuestros respectivos dorsales y como habíamos ido con tiempo más que suficiente, nos fuimos tranquilamente a la zona de salida y llegada de la carrera, que aún estaban montándola.  También dio tiempo a tomar un café en una cafetería y charlar relajadamente de todo un poco.



Cuando salimos de la cafetería, ya se notaba en el ambiente que había más movimiento de gente y ya la música comenzaba a sonar junto con las pruebas de sonido pertinentes que realizaba el spiker.  Pablo y yo nos hicimos una foto en el photocall de la carrera para tener de recuerdo ya que hace mucho que no coindimos en una prueba deportiva.





Al de poco tiempo nos encontramos con varios amigos y también con mis compañeros del club Ertza Mendi Kluba Miribillako Otsoak, con quien nos saludamos alegremente y nos dio tiempo a hacernos algunas fotos a la carrera.





Luego, unas vueltas de calentamiento para ir poniendo a tono las piernas, algunos estiramientos y más saludos y fotos con conocidos habituales de las carreras.



El día amenazaba lluvia, aunque estaba aguantando a duras penas.  Así que tuve la precaución de llevarme conmigo el chubasquero y en caso de que lloviese ponérmelo enseguida.

Nos llaman al redil de salida y de repente empezó a llover.  Todo el mundo allí congregado creo que dijimos lo mismo: "¡¡Oh, no, ahora no!!"  Pero aquella débil llovizna empezaba a arreciar por momentos.  ¡¡Todavía faltaban 3 minutos para la salida de la carrera!!

Yo con el chubasquero ya puesto pensaba que me iba a enfriar si seguía lloviendo de aquella manera.

Dieron las 11:45 h., salida oficial de la carrera y no sé porqué razón se empezó a demorar un poco.   Al final y viendo que pasaban 2 minutos y pico de la hora señalada, todos los corredores y corredoras allí congregados empezamos a silbar y a alzar las voces en plan risas para que diesen ya la salida pues en aquél momento el agua que caía era ya para preocupar un poco la verdad. Tiraba con fuerza.


De repente se oye un disparo y el cronómetro de la puerta de salida-meta se pone en funcionamiento.   Esta vez y siendo consciente de mi pésimo estado físico por falta de entrenamientos y lesiones, me puse atrás del todo del pelotón de salida, así me aseguraba no envalentonarme con el ritmo trepidante de inicio de carrera que suele haber y más cuando no son de muchos kilómetros.

Empiezan a salir los corredores poco a poco y les deseo suerte a algunos de mis compañeros que también se pusieron en el vagón de cola.  Me lo tomo con calma y con la mano en mi reloj-pulsómetro espero a pasar por debajo del arco para darle al "on".

Me repito para mí misma que sólo voy a testar un poco a ver cómo estoy y a volver a sentir la sensación de "estar dentro" de una carrera después de dos meses y un día.

Empiezo a ritmo trotón y no me quedo descolgada.  Incluso voy pasando a algun@s corredor@s sin hacer demasiado esfuerzo pero no me ilusiono pues pienso que no mucho más adelante me pasarán de nuevo a mí.   Voy un rato con Iñaki y veo que va a buen ritmo y que no le puedo aguantar por mucho tiempo. Le dejo marchar con la alegría de verlo alejarse entre la multitud.

De Pablo no sé nada ni tengo referencia, pero no me extraña en absoluto pues supongo que se habrá puesto en primera fila ya que tiene un ritmo mucho más potente y estar en los puestos de adelante es lo que le corresponde.

Algunos miembros más de mi club se me pierden de vista enseguida.

La ilusión conmedida con la que fui a esta carrera gracias a la insistencia de Pablo, se vio perjudicada cuando llevaba nada más que unos 1000 metros de recorrido y me encontraba en el barrio de La Llana.  El glúteo y biceps femoral me empiezaron a tirar de una manera que me generaba un dolor soportable pero incómodo.   Pensé que lo mejor era que no me doliera la fascia del pie, así que continué en carrera intentando olvidarme de los dolores.

Esta carrera se empieza desde una altura aproximada de 90 m. sobre el nivel del mar y su punto álgido está a unos 211 m. cuando se va llegando al ecuador de la misma en la localidad de Balmaseda.



A mí me gustan este tipo de carreras en las que hay que salvar desniveles tanto positivos como negativos.  Me parecen más atractivas y menos monótonas para correr al estar continuamente adaptando el ritmo en función de la inclinación del recorrido.

Pues bien, si al principio se subía suavemente durante los dos primeros kilómetros, lo que venía a continuación era más interesante, jajaja...  Tocaba una subida sostenida desde el kilómetro 2 (110m) hasta el kilómetro 5 (210m) que a voz de pronto no parecía muy dura pero que al mantenerse durante 3 kilómetros el cuerpo sí lo acusaba, la verdad.

Continué con mis dolores de glúteo y biceps femoral de la pierna izquierda así que me tomé con calma el transcurrir de los kilómetros.

Me pasaron algunos conocidos habituales de las carreras y amigos del facebook y me animaron a que continuase e incluso que me reenganchase con ellos para coger un poco de ritmo.  Les dí las gracias pero les dije que no podía, que prefería no forzar en la situación que estaba en ese momento y así poder acabar la carrera.

En un momento dado, a la altura del kilómetro 3 y cuando pasaba por el barrio de Otxaran de Abajo, me vi "en tierra de nadie", vamos que iba "más sola que la una", jajaja....  Pensé que igual era mejor, para no tener ninguna presión de ritmos ni nada, aunque también pensé en que me podría venir abajo corriendo sola con mis dolores continuados.

L@s voluntari@s de la carrera que nos guiaban y acompañaban a l@s participantes nos animaban mientras pasaban por un lateral con sus bicicletas. También se encargaban de hacer fotos e incluso vídeo.  Tod@s muy amables, la verdad.
Vídeo de la carrera.

Sigo corriendo a un ritmo muy lento, más bien diría cansino.  Me recordaba a las primeras veces que empecé a correr. 

Cuando llegué al barrio de Avellaneda a la altura del kilómetro 4,4 pude respirar un poco ya que allí mismo se notaba que la cuesta arriba se terminaba y empezaba una zona más o menos llana y con 500 m. de suave bajada que hizo que me recuperara un poco físicamente estirando la zancada para descongestionar mis músculos inferiores.

Pero todavía quedaba un pequeño repecho más que subir.  En este caso pasaría por el barrio de Basoaga hasta llegar al barrio Venta del Sol en un pequeño sube y baja del recorrido.

No estoy segura, pero creo que al rededor del kilómetro 6, me pasaron algunos corredores más y entre ellos, de repente y para mi sorpresa, apareció mi compañero David y se me puso al lado y me preguntó a ver qué tal iba.  Yo toda sorprendida le dije que cómo era que estaba él por allí, que le daba por mucho más adelantado en la carrera.  Me dijo que él tampoco estaba muy bien físicamente y que por eso no estaba forzando desde el principio.

Total, que desde ese momento fuimos juntos en la carrera.  Entre que nos preguntábamos cosas y charlábamos de otras carreras y tal, por un momento se me olvidó hasta el dolor que llevaba casi desde el comienzo de la carrera.  Es increíble el poder de la mente de abstraerse en algunas ocasiones.

Comenzaba una ligera bajada y vimos que nos acercábamos ya a Balmaseda al ver más edificios a nuestro alrededor.

En una recta de entrada al pueblo mencionado, concretamente en el paseo de La Magdalena, había un avituallamiento líquido y varios voluntarios con sus manos estiradas sujetando unos vasos de papel con agua para beber.   David y yo cogimos uno cada uno y lo bebimos, pero de repente me acordé de que llevaba un gel por si las cosas se ponían feas durante la carrera.  Entonces le dije a David que cogiese un vaso más de agua que iba a sacar el gel para tomarlo entre los dos.  Así lo hizo y mientras aminorábamos el ritmo, conseguí abrir el sobre del gel del cual tomé un poco y se lo pasé a David para que también tomase.  Pero  me dí cuenta enseguida de que no quedaba prácticamente elemento recuperador en el sobrecillo.  Sin darme cuenta me lo había tomado casi entero al apretar con la mano.   Así que pasé un poco de apuro porque después de ofrecerle el compartir un gel recuperante, al final a él le iba a tocar poca cosa por culpa mía.  Me dijo que no me preocupara y tomó lo poco que quedaba en el envase.   Seguido bebimos algo más de agua para pasarlo y pudimos tirar los vasos al suelo por indicación de los espectadores que nos animaban mientras pasábamos por el pueblo.


Hacemos un giro hacia la izquierda para pasar por un puente que cruzaba el río Cadagua y seguidamente cruzamos las vías del tren de la línea Bilbao-Balmaseda de la compañía FEVE, para girar de nuevo hacia nuestra izquierda y continuar por la Calle de la Estación la cual nos llevaría en un pequeño sube y baja hacia  la carretera autonómica BI-636 que ya nos llevaría dirección Zalla.

Mis sensaciones físicas hasta ese momento habían ido empeorando según pasaban los kilómetros.  A parte del dolor de glúteo y biceps femoral de mi pierna izquierda, ya desde el kilómetro 7,5 aproximadamente notaba que los gemelos de la pierna derecha se me habían cargado bastante por acción posiblemente de cargar más en la parte derecha el peso del cuerpo para no afectar a la contraria.

No pensé en ningún momento en abandonar, pero sí tenía la certeza de que iba a tener que bajar bastante más el ritmo para que aquella última dolencia añadida no se agudizara.

Le comenté a David, que cada vez me dolía más los gemelos y que igual bajaba algo más el ritmo, que si quería, que tirase para adelante que yo ya llegaría.

Me miró y me dijo a ver si creía que me iba a dejar sola cuando ya faltaba tan poco para llegar, que desde el principio me dijo que venía conmigo  hasta el final y que así lo haría.  Yo se lo agradecí, aunque sabía que le estaba perjudicando de alguna manera su ritmo.

También nos acompañaba en los últimos kilómetros de la carrera una chica de la organización que se quedó junto a David y mía y con la cual íbamos charlando bastante holgadamente por la poca velocidad a la que íbamos corriendo.  Nos ofreció agua y todo.   Muy maja la voluntaria, la verdad.

A la altura del kilómetro 9,5 y tras recorrer un kilómetro más o menos de la carretera indicada anteriormente, nos desviamos hacia la derecha para incorporarnos a otra carretera de tipo vecinal podría decir, y nos adentramos en el barrio de Landazuri.

Fuimos descendiendo poco a poco y atravesando los barrios de La Herrera Ijalde, Las Pedrajas, Gobeo y tras llegar a la altura de un cruce de vías que lo dejamos a nuestra derecha sin atravesarlo nos metimos ya en una carretera que nos llevaría sin pérdida a la Avda. Lehendakari Jose Antonio Aguirre.

Yo iba convencida de que David y yo eramos los últimos de la carrera, pero mientras transcurríamos por el asfalto una voz a mis espaldas me llamó por mi nombre.  Incrédula aún, giro un poco la cabeza y veo que es mi amiga Celeste, corredora del Club de Atletistmo de Portugalete, que venía con otro chico y al ponerse a mi par me dice: "¿Pero qué haces tú por aquí, Yoli, yo te hacía mucho más adelante, estás lesionada o qué?"  A lo que me da un poco la risa y le digo: "Ya ves, aquí estoy por no venir totalmente recuperada de mis lesiones." 

El chico que la acompañaba a mi amiga en aquél momento al verme me dice: "Hola Yolan, soy Jesus Mari, amigo tuyo del facebook, encantado de conocerte"  Le estrecho la mano para saludarlo y le digo que hoy me ha pillado en un día un poco "chungo" en cuanto a la moral ya que a pesar de que cansancio físico no tenía, lo que sí me estaba ya dando guerra de verdad eran todas mis dolencias, que lo sentía mucho no saludarlo más alegremente, jajaja.... Los dejé marchar.

Los gemelos de mi pierna derecha cada vez me dolían más, parecía que me iban a explotar, pero ya sólo quedaba un kilómetro por recorrer así que había que hacer todo lo posible por acabar la carrera.  Ese era mi objetivo aquél día.

Empezamos a entrar en la zona del Ayuntamiento de Zalla y por allí ya había gente animando a los corredores, entre las caras amontonadas a los dos lados de la acera consigo distinguir a algunas conocidas como Iratxe;  Xavier y Edu que ya habían acabado la carrera e iban de camino a sus coches y algunos más. Entonces le dije a David que a ver si apretábamos un poco el ritmo aunque sea para entrar en meta y me dijo que sí.

Eso hicimos, en los últimos 100 metros apretamos el paso y le dije a mi compañero que me diese la mano para entrar juntos y así fue.  Entramos en meta de la mano y en sprint.  Yo emocionada de poder acabarla gracias al apoyo de David, pero a la vez con la pena de haber tenido que sufrir casi desde el principio unos dolores que fueron aumentando en número e intensidad hasta acabar la carrera.  Rompo a llorar, de rabia, alegría, agradecimiento.  Un cúmulo de sentimientos.



Por allí estaba mi marido sacando fotos y captó el momento de la explosión al llegar a meta.





Por fin acabé.  Me agaché al suelo agarrándome a las vallas que delimitan la zona de meta.  Me vieneron a saludar unos tíos de mi marido, también conocidos, algunos compañeros del club que todavía están por allí, como Iñaki. También le di un abrazo y dos besos a mi marido mientras David había ido a coger su bolsa del corredor y la mía también.

Mi amigo Pablo, se había quedado finalmente esperando mi llegada a meta, aunque es de los que según acaba la carrera se marcha para casa, pero creo que mi marido tuvo algo que ver en convencerle que se quedara.  No lo sé, jajaja... Le veo que se acerca a la valla y me abrazo fuerte a él también y le doy dos besos.  Me dice que se tiene que marchar.  Le doy las gracias.

Cuando volvió David para darme mi bolsa del corredor, le dí un abrazo de agradecimiento y él me dijo que tampoco era para tanto que no había hecho nada más que acompañarme. "Pues eso es mucho" le dije, si no, la carrera se me hubiese hecho mucho más dura de lo que ya lo fue para mí.

Luego me fui a duchar y cambiarme de ropa y en el vestuario estuve charlando de la carrera con varias chicas, con las que hice buenas risas.



Tiempo oficial: 1h 20' 29"
Clasif. Gral.: 280ª de 309 corredor@s.

Hoy peso:  61,3 kg.

2 comentarios:

  1. Me alegro mucho de que vuelvas a estar por aquí. Al final, quizá te haya ido bien el parón forzoso, seguro que en breve volverás a estar en el punto donde estabas, pero completamente renovada. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Arantza!! La verdad es que tenía la necesidad de volver aunque sea a hacer bulto en una carrera. Esos nervios previos y el volver a encontrarme con mis amigos korrikalaris con los que me encanta charlar antes de las carreras. Aún sigo lesionada, pero va evolucionando a mejor poco a poco. Espero que el año que viene pueda correr algunas carreras pero también sé que debo plantearme un calendario con más cabeza para no sobrecargarme de competiciones y que me vuelva a pasar lo de este año, que me ha superado. Un abrazo.

      Eliminar